Miércoles
Responsable/s: Paula Vallejo, Débora Nitzcaner, Silvia Pino
Es un seminario que se dicta en conjunto para la EOL y la Sección- La Plata
1º y 3º miércoles, de 11.30 a 13 hs.
Anual. Quincenal. Virtual. Inicio: 17/4
Formulario de inscripción: http://bit.ly/41UZoQN
Propuesta epistémica
Con este título nos proponemos trabajar clínicamente lo que implica un trayecto analítico, siguiendo lo que J.-A. Miller postula cuando lo formaliza como un recorrido que va del síntoma al fantasma.
La clínica del fantasma propone sumergirse en la vía pulsional del inconsciente, en donde el objeto a enseña sobre su lectura, construcción y atravesamiento. Es la consideración de esta vertiente pulsional en el psicoanálisis la que hace resonar con fuerza el aforismo lacaniano “No hay clínica sin ética”, que Miller supo elevar a la condición de principio de nuestra práctica.
El fantasma para Freud ocupa el lugar de lo real como imposible; Lacan, en cambio, va más allá y plantea que el fantasma es lo que impide saber hacer con el síntoma, lugar adonde queda desplazado lo real, el hueso de la cura. Sin embargo, no es sino a partir del trabajo con el fantasma como respuesta del sujeto al enigma del deseo del Otro, que podemos encontrar la vía para aislar lo real de un goce no negativizable, una vez desbaratado ese fantasma que le hacía de velo.
En tanto el fantasma es un límite que se le aporta al goce, es también lo que nos permite acceder a lo que ha quedado por siempre inaccesible de la represión primaria, que da como resultado el sujeto originariamente reprimido -$-. No se trata, por supuesto de que podamos levantar dicha represión, sino de que podamos obtener otro acceso a lo que del sujeto se nos presenta, por la vía de lo que él es como objeto en el deseo del Otro.
Esa composición heterogénea del fantasma que Lacan extrae de Freud –la conjunción de una satisfacción autoerótica y una representación imaginaria- y que luego formalizará con el matema $<>a – por un lado su representación significante, por otro, su ser de goce localizado como objeto a- es lo que le permitió a Lacan considerarlo como una función de nudo entre significante y goce, una respuesta posible al problema que él encontró en el psicoanálisis y que Miller conceptualizó como “el problema de Lacan”.