Miércoles 27 de abril, 20:00 hs.
“Clínica del No-todo ¿Cómo se analiza hoy?” tal fue el título general propuesto por el directorio bajo el cual Belén Zubillaga generosamente presentara “Un cuerpo sustentable” material clínico de cosecha propia.
Tras dos años haciendo uso de las ventanas de la plataforma ZOOM y a poco de participar en nuestra primera Gran Conversación Virtual de la AMP, fue una decisión que la actividad se realizara en forma presencial y reservada a miembros y asociados.
Apostando a una conversación clínica sobre la base de un caso enviado previamente a los colegas, para la mesa, coordinada por José Lachevsky, fueron invitadas como comentadoras Paula Vallejo y Alejandra Gorriz, miembros de la EOL y la AMP.
Contando con sala llena, en la bienvenida, el director de la Sección puso sobre el tapete la construcción del tema del año. Con un breve rastreo que habría de situar como crucial “el no-todo como operador para entender la doctrina, la clínica y la política” destacó haber tomado nota del entusiasmo producido en nuestra comunidad tanto en las noches como en las Jornadas Anuales “El no-todo y el analista” realizadas en 2021.
A modo de puntapié inicial, afirmó: “la proliferación de casos que no se avienen a la lógica del todo y la excepción, es decir, la del nombre del padre, exige una nueva discusión de la cuestión del no-todo enfocada a la clínica y verificar la potencia que tiene el psicoanálisis en esta época de locuras fundamentalistas”.
Asi, con el eje puesto en “el psicoanálisis aquí y ahora”, localizó cómo a partir de lo producido se volvió evidente la necesidad de elucubración de un saber respecto de nuestra práctica cotidiana en los consultorios, se enmarquen estos en instituciones o no.
Tras la presentación, Belén Zubillaga prestó el cuerpo y la voz al servicio de la lectura de un texto claro y preciso. Explicitando tratarse de una modificación del material clínico presentado el mes pasado en una de las mesas simultáneas de “La mujer no existe” puso de manifiesto su gusto por trabajarlo entre nosotros, en la Sección. Omitiremos a la hora de este reseña el caso, subrayando no obstante la riqueza de un material producido en -y en cierto modo por- la pandemia.
Paula Vallejo para iniciar su comentario, propuso como título “El deseo del analista como antídoto ante el fundamentalismo anoréxico”. Con exquisito cuidado del detalle, hilando en su lectura del escrito hubo de poner espacial énfasis en la serie de soluciones paradójicas introduciendo “la buena manera de perturbar el arreglo” como aquello que se produce en el encuentro con esta analista.
Destinando un apartado entero de su escrito a las “Intervenciones”, fue pasando por ellas desde el deseo del analista que “soporta el riesgo que su acto conlleva, abriendo una vía que se orienta por la necesaria distancia entre el Ideal y el objeto, para proponer un tratamiento del goce en juego a partir de producir un sujeto responsable de su goce”. Proponiendo leer una en especial como “traducción que hace nacer la enunciación” Paula Vallejo, echando mano a la clínica borromea, para leer los distintos anudamientos posibles, antes y después de la experiencia, afirmó :“El discurso analítico, a contrapelo de la idea de bien, opera introduciendo un corte que permite a la joven reconocer y hacer valer su diferencia, esa que la separa de la posición de objeto en la que estaba” Un apartado entero “¿Qué nos enseña este caso?” dan lugar establecimiento de cinco puntos en la perspectiva del concepto. Haciendo uso de diversas referencias lejos de cerrar dejó picando: dificultades en la constitución del fantasma, distintos tipos de nominación, lugar de la inhibición, suplencia, localización de la singularidad, rechazo al Otro, etc
Para concluir, Paula Vallejo puntuó una extracción de enseñanza “el practicante confrontado a la clínica sin nombre del padre puede, orientándose por los mínimos detalles en juego, elevar el psicoanálisis a la dignidad de la cirugía, allí donde se trata de corte y empalme, y donde la vía del nudo introduce lo que llamamos una clínica del no-todo. Sin ideal a alcanzar sin norma a la cual conformarse, lo que orienta al analista es el respeto por el estilo de vida, con la única condición de que este pasaje permita trocar un régimen de goce en un régimen de placer. Y esto, uno por uno”
Por su parte, Alejandra Gorriz, a la hora de su comentario ubicó como telón de fondo la afirmación “Todo el mundo es loco” , tema propuesto por Jacques Alain Miller para el próximo encuentro de la AMP en 2024.
Hizo explícito haber eligido, de los muchos posibles, dos “hilos” de donde tirar del caso para extraer lo que éste enseña retomando preguntas que insisten en el trabajo en la comunidad de la Sección.
El primer “hilo”: interrogación del deseo del analista. Invitando a leer en el Blog lo producido en 2021 https://blog.eol-laplata.org/ sitúa como primera referencia el trabajo de dupla “No –todo y política de la cura (práctica y clínica) previo a las Octavas Jornadas “El no-todo y el analista” . De allí extrayendo la hipótesis que lo constituye en operador del no –todo propuso detenerse tomándolas como brújulas para pensar el caso, en las intervenciones.
En una referencia explicita al texto escrito por Verónica Escudero y Gabriel Tanevich (responsables de la dupla) Alejandra retomó la interrogación respecto de “si no se anuda ahí una dimensión real del amor de transferencia”
El segundo hilo, es la pregunta ¿Cómo alguien logra armarse un cuerpo sin nombre del Padre? recortada con precisión por Luis Tudanca en la primera conferencia del Seminario del Campo Freudiano. Así, recogiendo el guante de la invitación por parte de Belén a poner al trabajo los efectos a elucidar, recorre el texto del caso construido para interrogar su enseñanza.
Recortando “intervenciones con efectos a elucidar”, Alejandra Gorriz subraya lo decidido de las mismas; intervenciones que aparecen sobre un fondo de coyuntura límite para introducir “Un cuerpo del que la paciente no habla”. Enfatizó “habla el cuerpo y la analista escucha”
El comentario resaltó con sutileza “Brizna de deseo que escucha la analista aun en el susurro”. Así, del fundamentalismo a la militancia vital, la apuesta analítica “por el no-todo” (“No-guión-todo, con ese efecto de escritura”) y un paso más ¿Cómo entender la incidencia real a nivel del goce?…
Sin entrar a los efectos de esta reseña en las singularidades clínicas, urge destacar en el comentario el señalamiento a nivel de los efectos anudantes para una consistencia nueva. En palabras de Alejandra Gorriz “Nos enseña el caso, que un cuerpo no se arma con objetos (…) ni se arma por copia o identificación (…) dura poco eso. La consistencia se experimenta de otro modo” Dicho esto, es puesta en escena la producción de un lazo inédito. Entonces, en un bucle, retomando el “goce de la vida” y como referencia la clase del 21 de mayo de 1974 interpelaría quien comenta: “¿No se trata en esa “apuesta analítica” de introducir un efecto no-todo, con los mismos significantes del caso pero produciendo un efecto equívoco sobre el síntoma mismo? Habrá que ubicar de qué manera irrumpe en la vida de cada uno ese goce.. Quizá no sea más que de la mano de un amor… ¿real?.”
Provocando lo que pueda producirse en el público, su intervención concluye con pregunta doble ¿cómo interrogar el deseo del analista, ahora, desde esta perspectiva? ,¿Cómo armarse un cuerpo si no es por vía de la identificación ni por la de los objetos…en esta lógica, un cuerpo “a punto de caer”… ¿qué lo arma? qué lo yergue, qué le da vida?”
Los efectos, inmediatos… A mano alzada, hasta el límite horario, sucediéndose con entusiasmo más de una decena de intervenciones de los colegas… se recortan -no sin idas y vueltas- la clínica en la pandemia, el cuerpo del analista, la invención del nombre, el armado de una conducta, fanatismos y militancias, la imposición segregativa de los fundamentalismos contemporáneos, el orden de hierro…
Y así, una noche -por cierto excepcional- miembros y asociados de la EOL Sección La Plata, retornamos a la sede para dar inicio al trabajo 2022…
Con efectos a verificar, con preguntas que quedan abiertas, con temas que siguen picando.
Nada más. Nada menos.
Y seguimos.
Ana Piovano