Interpretar la violencia.
La obra del Grupo Escombros: “Brotes II” fue el marco elegido para invitar a la Tercera Noche Preparatoria de las VI Jornadas de la EOL Sección La Plata, que se llevaron a cabo el día miércoles 4 de septiembre.
La coordinación de la actividad estuvo a cargo de Fabiana Municoy, quien destacó la dificultad de soportar el real que está en juego cuando en la clínica el protagonismo lo toma la violencia.
Presentaron casos Gisèle Ringuelet y Griselda Lozano, respectivamente.
Gisèle, refirió el caso de una joven que demanda ser atendida con cierta urgencia debido a una “situación grave” que le ha ocurrido. El odio con que la paciente relata el episodio es el rasgo más destacable.
Griselda por su parte, comentó el caso de un adolescente que presenta violentos ataques de ira. El odio aparece como un arrebato a veces contra su persona, a veces contra los otros.
Los comentarios estuvieron a cargo de José Lachevsky, que trabajó el primer caso y Cristina Coronel que se detuvo en el segundo.
Del primer caso clínico, el comentador señaló como punto decisivo para el destino del tratamiento, la vacilación que surge en la paciente cuando la analista la implica en esa “situación grave”. Así, el mismo discurso analítico, opera con el equívoco como llave para frenar el odio, haciéndolo pasar por la palabra.
Del segundo caso, la comentadora, luego de diferenciar odio de violencia, se valió de una referencia de Miller, para plantear que “la violencia es la satisfacción de la pulsión de muerte” y que “el adversario del amor no es el odio, es la muerte, Tánatos”. A partir de ahí destacó la intervención del analista que logra alojar una verdad acerca de su goce, localizarlo y así descomprimirlo.
En ambos casos, aparece el impulso querellante de hacer justicia denunciando a otro. Las analistas intervienen calmando este arrebato: Gisèle porque la implica, y Griselda porque realiza un “gambeteo asintótico”, logrando el alivio.
Por su parte José, quien orientó su comentario por el Argumento de las Jornadas, destacó, siguiendo a Eric Laurent, la importancia de la instalación de la transferencia, aclarando que se trata de un amor que no es el del par odio/ enamoramiento, sino de un sentimiento que se aloja en el cuerpo.
En el primer caso, la paciente pide una sesión extra para contar lo sucedido, evitando una respuesta violenta.
En el segundo el amor de transferencia funciona como sentimiento que se aloja en el cuerpo y opera como límite del goce, fuera del cuerpo.
Gracias al trabajo de quienes comentaron y a la riqueza de los casos, la conversación clínica, estuvo muy animada.
En esta breve reseña, intento contar cómo nos vamos preparando para nuestras próximas Jornadas, en este caso interrogando la clínica que cuando de interpretar la violencia se trata, la pulsión de muerte aparece sin disfraz, porque se trata de la desgarradura de la trama simbólica.
Compleja tarea, que pese al intenso frio resultó concurrida y entusiasta.
Reseña realizada por Adriana Etchegoin.