El pasado jueves 11 de octubre tuvo lugar la tercera actividad preparatoria de las V Jornadas Anuales de la EOL Sección La Plata «Cuerpos y Discursos», a desarrollarse el próximo 10 de noviembre en nuestra ciudad.
En esta oportunidad el encuentro se realizó en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de La Plata. La mesa estuvo conformada por Christian Ríos y Eduardo Suarez, quienes nos presentaron sus trabajos, el comentario de los textos a cargo de Kuky Mildiner y la coordinación de Ana Piovano.
Inicia la actividad con la invitación de la coordinadora a la próxima actividad preparatoria a realizarse el 20 de octubre en la sede de la Sección.
En primer lugar, toma la palabra Christian Ríos, señalando el plural en el título de las jornadas, distinguiendo «un»cuerpo de «el cuerpo atrapado por el discurso».
De aquí desprende la pregunta planteada en el argumento: «¿es posible encuadrar los discursos que proliferan en nuestra época y que pretenden legislar el goce de los cuerpos en alguno de los discursos que Lacan escribió?».
Introduce, entonces, la referencia de Judith Butler sobre el feminismo, preguntándose cómo piensa la autora la relación del cuerpo y el discurso. Inicia un recorrido por el feminismo en tanto teoría y movimiento político. Movimiento que intenta subvertir el orden de la diferencia sexual binaria donde lo masculino y lo femenino son productos de lo social histórico. Propuesta que consiste en deconstruir los géneros y dislocar identidades.
Desde el psicoanálisis, Christian sitúa estos desarrollos del lado del Discurso Universitario y señala que si bien conlleva la crítica a toda norma a la vez introduce el problema del límite del goce. Evidenciado el rechazo de lo real, no hay real que funcione como límite. Butler apunta a un ideal pre edípico (perverso polimorfo) mientras que el psicoanálisis sostiene que el sexo no está regido por un ideal sino por lo real del goce, siendo el discurso un tratamiento del mismo.
Por su parte, Eduardo Suarez comienza destacando la última clase del Seminario 19, «Los cuerpos atrapados por los discursos», como punto de partida para situar el interés de nuestras jornadas. Interés clínico muy preciso en tanto la clínica testimonia del fracaso de algunos sujetos en términos de inserción en el discurso, o también como consecuencia de la caída o disolución de los discursos ejemplificado en el discurso capitalista como aquel que deja al sujeto fuera de lazo (exclusión social).
Señala que el discurso aporta un orden a la relación del sujeto con el Otro y con su cuerpo. Ubicando así su función anudante.
Suarez se pregunta de dónde proviene la función de anudamiento, señalando como condición que el discurso tenga relación con el cuerpo, y no sólo eso, sino que además haga algo con él. ¡El cuerpo soporte del discurso! Es decir, cada discurso captura a su manera el cuerpo, modula su goce. De allí continúa por la vía del goce a la dimensión social en tanto aceptamos que los cuerpos están atrapados en los discursos. Se desprende el interés en pensar cómo es que los discursos aseguran identificaciones, amores, odios, cómo se organizan las comunidades de goce, etc.; son algunos puntos que Suarez nos deja planteados en su exposición.
Presenta luego una viñeta clínica acerca de un sujeto con graves problemas para situarse en el lazo social; y cómo a partir de la oportunidad del encuentro con el discurso analítico obtiene un semblante y una satisfacción a partir de un acto.
Kuky Mildiner inicia su comentario haciendo alusión al marco en que se desarrolla la actividad. En relación a lo expuesto por Ríos y Suarez plantea que ambos tomaron el tema en «plural»desde dos perspectivas distintas.
Uno tiene que ver con el discurso del psicoanálisis propiamente dicho, de la clínica del discurso analítico. El otro se centra en los discursos de la cultura, de la política, del derecho. Discursos políticos, sociales, culturales; de sumo interés para el psicoanálisis teniendo en cuenta que éste se renueva constantemente en términos de un psicoanalista a la altura de su época.
Hace un recorrido por los inicios del psicoanálisis y su movimiento en articulación a los discursos, pasando de la prohibición y castración freudiana a una sociedad más permisiva, poniendo el acento en las modificaciones de los cuerpos (cómo se abraza, cómo se toca, cómo se viste, etc.) quedando en evidencia que para gozar hace falta un cuerpo. El psicoanálisis trabaja con eso.
¿Se podría decir que el discurso feminista es síntoma de una política patriarcal?, interroga Mildiner tomando como referencia al estudiantado de mayo del ’68 como síntoma del discurso amo de la época.
Lo que interesa de la relación con los discursos de la época es saber de qué modo se afecta la noción de verdad que se tiene en un discurso determinado, de qué modo afecta a sus cuerpos y a sus goces. La dificultad moderna con el goce, el modo en que se presenta el amo en una época nos lleva a hacer valer el discurso analítico que implica una ética determinada.
Mildiner agrega: ¡¡el discurso analítico, es un discurso que no enseña nada!! No enseña nada porque no tiene nada de universal. Comentario orientado a interlocutar y valorar la intervención presentada en la viñeta clínica. Concluye su comentario abriendo a la mesa y al público una pregunta: ¿es posible hacerse un cuerpo en el análisis?
A partir de allí se conversó gratamente sobre lo expuesto, que incluyó referencias, intervenciones, preguntas y asociaciones en torno al argumento y los ejes que nuestra jornada nos propone trabajar.
Reseña realizada por Valeria Polari.