Flyer V
Preparando las Jornadas – Textos Breves
Andrea B. Perazzo
¿Cómo pensar el entrecruzamiento de un modo de gozar con el lazo social en las nuevas formas de agrupamiento?
El empuje a gozar y la caída de los ideales, característicos de nuestra época, nos llevan a preguntarnos con qué nos encontramos cuando la identificación simbólica al ideal, que ordenaba al sujeto y lo insertaba socialmente, ya no está. Si en el lugar vacante del significante amo tenemos el ascenso al cenit social del objeto a; «¿no sería (este objeto) la brújula de la civilización de hoy?»[1]
El Capitalismo entra en escena con sus objetos de consumo, suturando la falta en ser. Las consecuencias de ello en el lazo social, en la subjetividad y en las identificaciones, no tardan en aparecer. Sujetos desorientados, buscando un significante amo que los represente, acuden a los S1 que nombran su modo de gozar, obteniendo un falso ser: «soy gay, víctima y/o adicto». Las comunidades de goce funcionan como alternativa al aislamiento, incluyendo al sujeto y generando a la vez, al dejar de lado lo particular, múltiples segregaciones.
¿Cómo pensar el lazo social en estas comunidades en las que se agrupan algunos sujetos cuyo interés es defender la existencia de estas prácticas de goce que no hacen síntoma? ¿Nuevas modalidades de lazo?
No es lo mismo «el lazo social fundado en la identificación al rasgo unario, (que) un lazo social en tanto funcionamiento del fantasma».[2] Donde antes estaban los modos de identificación por la forma del Otro, se encuentran ahora los consumos múltiples, que sirven para insertarse en lo social y ser como el otro.
«Para Lacan el lazo social es una relación de dominación,… articulación de dos lugares…no consiste en intercambio, cooperación de unos con otros, complementariedad (…) lo social no es igualitario, es dominial (…), o igualitario es asocial no permite establecer y estabilizar un lazo».[3]
El psicoanálisis, como lazo social inédito, es un modo de responder al impasse de la civilización, apostando en el uno por uno a la particularidad del sujeto y a la singularidad de su goce.
NOTAS
- Miller, J-A.: «Una Fantasía» Punto Cenit, Colección Diva, Buenos Aires, 2012, pág. 39
- Laurent, E.: «Qué es un psicoanálisis orientado hacia lo real?» Freudiana 71, RBA Libros S.A., Barcelona, 2014, pág. 42.
- Miller, J-A.: «Psicoanálisis y Sociedad», Publicaciones online Escuela de Orientación Lacaniana, http://www.eol.org.ar/template.asp?Sec=publicaciones&SubSec=on_line&File=on_line/psicoanalisis_sociedad/miller-ja_lautilidad.html
Marisa Chamizo (EOL – CABA)
El ascenso del objeto al cenit social
«Bastaría el ascenso al cenit social del objeto llamado por mí a minúscula, por el efecto de angustia que provoca el vaciamiento a partir del cual nuestro discurso lo produce, al fallar su producción».[1]
En el lugar de los significantes amos ordenadores, reguladores del goce, en ese lugar, el objeto y su imperativo ordena a gozar como sea. El cuerpo y el Otro social pueden ser sus destinatarios.
El cuerpo, en primer lugar, es un lugar de experimentación donde puede encarnarse el imperativo. Se puede operar en él, casi ilimitadamente, con la convicción de que la ciencia provee los medios para sus múltiples transformaciones. Es un campo de operaciones donde se sueña que se puede eliminar lo frágil y fragmentario del cuerpo para pasar a tratarlo como un todo fuertemente unificado, sin agujeros.
Con respecto a los efectos sobre el Otro social tomo el fenómeno del racismo tal como Eric Laurent lo desarrolló recientemente: «Las últimas palabras del Seminario XIX, en Junio de 1972, apuntan precisamente sobre nuestro porvenir. La salida de la civilización patriarcal le parecía (a Lacan) entonces superada. De la época post-68 zumban aún palabras sobre el fin del poder de los padres y el advenimiento de una sociedad de hermanos, acompañadas del hedonismo feliz de una nueva religión del cuerpo.
Lacan arruina un poco la fiesta añadiendo una consecuencia que entonces no se advertía: Cuando regresamos a la raíz del cuerpo, si revalorizamos la palabra hermano, […] sabed que lo que asciende, que aún no se ha visto hasta sus últimas consecuencias, y que, este, se enraíza en el cuerpo, en la fraternidad del cuerpo, es el racismo. La idolatría del cuerpo tiene consecuencias totalmente distintas que el hedonismo». [2]
En 1973, un año después, responde a J.A. Miller, en «Televisión» sobre el ascenso del nazismo:
«En el extravío de nuestro goce, solo el Otro lo sitúa, pero es en la medida en que estamos separados de él. De ahí unos fantasmas inéditos, cuando no nos mezclamos«. [3]
De una manera precisa, en una frase Laurent define el racismo y la segregación en todas las formas que pueda tomar: «No sabemos lo que es el goce con el que nos podríamos orientar. Sólo sabemos rechazar el goce del otro». [4]
NOTAS
- Lacan, J. «Radiofonía» en Otros escritos. Paidós. Bs As 2012 pág.436.
- Laurent, E. «Racismo 2.0» Entrevista realizada por Pablo Chacón. Télam. 29/05/2014http://www.telam.com.ar/notas/201405/65200-pablo-chacon-racismo-20-eric-laurent.html
- Lacan, J.: «Televisión» en Otros escritos. Paidós. Bs. As.2012. pág.560.
- Laurent. E.: «Racismo 2.0» Entrevista Télam. 29/05/2014 http://www.telam.com.ar/notas/201405/65200-pablo-chacon-racismo-20-eric-laurent.html