Miércoles 11 de Octubre de 2017, 20:00 hs.
El miércoles 11 de octubre de 2017 se realizó la Tercera Noche de Carteles, en la EOL sección La Plata, «El psicoanálisis y la práctica institucional», con la presentación de trabajos de tres cartelizantes: María Del Pedro (Asociada de la EOL Sección La Plata), Guadalupe Chopita y Nicolás Gutiérrez; coordinados por la Secretaria de Carteles Rosana Salvatori.
María Del Pedro, inicialmente, comentó su propuesta en «la clínica en el ámbito penal juvenil». Por un lado, la creación de espacios de supervisión y control clínico que le permiten la formalización de la práctica, «tener un caso». Por otro lado, la investigación teórica/clínica en el cartel del pasaje al acto, compulsiones, impulsiones, psicosis ordinarias como modos del goce que deben ser pensadas. En el mismo María participa como «más uno» con el rasgo «Delimitaciones clínicas en el ámbito penal juvenil». Ambos dispositivos, propios del discurso analítico, han servido de respuesta a la contingencia institucional y la delimitación de un campo de intervención. Intentando hacer pasar algo a la lengua del Otro institucional sin perder la posición ética del psicoanálisis, con la firme apuesta de alojar al sujeto y hacer lugar a la palabra. Decidida a perturbar la «condena» de la repetición mortificante, apostando a la implicación del sujeto respecto de su falta.
En segundo lugar, Guadalupe Chopita, nos ilustró con un caso de los consultorios externos de la maternidad de un hospital general, el rasgo de su cartel: «El secreto del goce». La formulación enfática del secreto profesional abre la posibilidad de la localización de un sujeto más allá de las instituciones médico jurídico. Localizando en el recorrido clínico ¿qué se esconde en el secreto?, ¿qué se elige callar? Orientada por el concepto de «desfamiliarización«, afirma que aunque el secreto sea «de familia» no por eso significa que sea colectivo y que se trata siempre de una elección: la de callar. Así, la dirección de la cura se sostiene en un recorrido por las ficciones familiares y sus secretos apuntando a un «no familiar», el sinthome, como forma singular del goce en el ser hablante. Verificando en el caso el pasaje de un secreto que mortifica a un secreto que posibilita la localización del sujeto en relación a su goce.
Por su parte Nicolás Gutiérrez nos trasmite las preguntas que la práctica hospitalaria le presenta: ¿cómo dar lugar a una concepción psicoanalítica del cuerpo y del síntoma en el hospital público? Su rasgo del cartel «Cuerpo y síntoma» ordena estos interrogantes a partir de la intervención en un caso donde se pone en evidencia la frontera entre psicoanálisis y medicina, delimitando dos concepciones diferentes en relación al cuerpo y el síntoma. Ir más allá del organismo que la medicina trata con su furor sanandi «a costa de cualquier precio» hacia un cuerpo que goza de su síntoma localizando el síntoma como portador de la verdad del sujeto.
Rosana Salvatori, puntuó y comento los trabajos, señalando la posición del deseo del analista en cada una de las presentaciones.
Durante la conversación se produjo un riquísimo intercambio de opiniones. Verificando el trabajo de articulación de lo epistémico, lo político y lo clínico que nos permite esbozar algunas aproximaciones a la pregunta ¿cómo orientarse en el psicoanálisis hoy?
Silva Ávila