Miércoles 28 de Mayo de 2014, 20:00 hs.
«Hablan los cartelizantes»
Mónica Boada- Mariella Lorenzi- Mariela Sánchez- Cecilia Valfiorani
Animación: Brígida Griffin
con Marisa Morao
Responsable: Maria Laura Errecarte
Reseña
El miércoles 28 de mayo, en la calidez de una sala muy concurrida, asistimos a la Primera Noche de Carteles. Cuatro invitados tomaron la palabra, para transmitirnos su experiencia en el dispositivo del cartel.
La apertura estuvo a cargo de María Laura Errecarte, quien nos introdujo en el texto «La puerta del cartel» de Miquel Bassols, planteando el cartel como puerta de entrada a la Escuela. La Sección está formada por miembros, asociados, y cartelizantes. En este momento institucional se apuesta a la inscripción del lazo de trabajo a partir del rasgo y del nombre propio, que se realiza con el funcionamiento de este dispositivo inventado por Lacan. Invitó a servirse del cartel como órgano de base de la Escuela, que deja abierta la pregunta ¿Qué es un analista?
Contamos con la presencia de Marisa Morao, secretaria de carteles de la EOL, y su valioso aporte: «hacer existir el psicoanálisis bajo la forma del cartel», «estar con otros, que nos acompañan en el saber», aunque el producto sea singular.
Y los cartelizantes fueron tomando la palabra para transmitir «su vida en el cartel».
Mónica Boada, nos habló del cartel como lazo con la Escuela, con algunos otros, que no hacen masa. Plantea la importancia de las intervenciones del más-uno para arribar al rasgo (que no estaba dado de entrada) y con el cual bordea el agujero del saber.
Mariela Sánchez, nos cuenta su experiencia de un cartel que formó, a partir de una intervención de un analista: «Júntense para hacer algo», quien devendría luego más-uno. Ella se interrogaba sobre la práctica posible en unidades carcelarias. El trabajo de cartel posibilitó apostar al sujeto, y así extraerlo de la masa.
Para Cecilia Valfiorani, el trabajo de carteles modificó su relación al saber. ¿Qué cambió para ella? De buscar un saber sin fallas, a soportar una «contradicción» y hacer de ella causa de trabajo en un nuevo cartel. Uso del «no saber».
Mariella Lorenzi, nos transmitió los efectos de «dejarse atravesar por el cartel», cada vez. Remarca la función del más-uno, provocador, que le obstaculiza el dormir en sus intentos de obtener una teoría sin fallas. Otra intervención del más-uno la conecta con su práctica clínica. Tema que la convocará a un nuevo cartel, no sin teoría.
Brígida Griffin en calidad de animación realizó una minuciosa puntuación de cada presentación, atreviéndose a llamar testimonios a estas presentaciones.
Pasando luego, la palabra a la sala, donde en muy buen clima de intercambio de preguntas y comentarios, concluía nuestra primera noche de carteles.
Andrea Perazzo