Noche de biblioteca
Reseña 1°Actividad Secretaria de Biblioteca 26 de Mayo 2021-EOL-Sección La Plata
Verónica Escudero
El miércoles 26 de mayo, vía Zoom, nos dimos cita para lo que fue la primera actividad de la Secretaría de Biblioteca: “Leer un texto. Marcas y experiencias”. Christian Martin, responsable de la misma, dio las coordenadas de la actividad, la que inscribió, a su vez, dentro de una política que pretende hacer una biblioteca dinámica, y que como tal, haga “hablar a los libros”. La pregunta ¿qué se entiende por leer en psicoanálisis? resonó a lo largo del encuentro, encontrando dos ejes para empezar a abordarla: la indicación de Lacan que leer supone “poner algo de si” y, por otro lado, el carácter subvertido del saber en psicoanálisis, a partir de suponer que su fundación implica un goce, tanto en su ejercicio como en su adquisición.
Los invitados, Manuel Carrasco Quintana y Cecilia Valfiorani, hicieron de sus experiencias transmisión, dando lugar a la conversación que animó la noche.
Manuel ubicó las marcas, que aún perduran, a partir del encuentro con maestros en posición de estudiantes que supieron causar, más allá de la división, la relación a un saber agujereado que no se alcanza por transmisión universal ni por el metalenguaje. De allí que “leer para no ser comprendido” obtuvo para él un nuevo valor: el de leer a condición de hacerlo como se lee en psicoanálisis, a la letra.
Cecilia ubicó marcas que inscribieron una diferencia: pasar de la perplejidad de lo incomprensible del texto de Lacan, o de sus contradicciones, a hacer de la inconsistencia una causa, sin pretender un texto que sea todo comprensible. Se trató para ella de encontrar el efecto subversivo del valor de uso de un texto: el de dejarse interrogar a partir de la clínica.
La conversación se inició poniendo de relieve qué saber importa al psicoanálisis. Un saber no-todo comprensión, que en lugar de aplastamiento o búsqueda de más saber, opere causando el deseo de poner algo de sí. De allí que en otro momento se puntualizó que de la serie que puede armarse entre la posición de división frente al no saber, como lo ilegible, y la perplejidad que ella puede causar, puede llevar a la invención de un saber en el que queda implicado el que lee.
Otra vertiente se dio en torno a “poner de si”, entendido como poner el cuerpo, lo que abrió la pregunta ¿cuánto hay de un goce propio implicado en la lectura? Así se señalaron puntos en torno a los cuales se juega más bien un “fuera de discurso”, los que el sentido no alcanza a descifrar. Y de los cuales conviene tener presente la distancia de la “disancia” lacaniana.
Sobre el final se introdujo la cuestión de ubicar lo propio del discurso analítico en esos puntos de inconsistencia y contradicciones, y como eso confronta a cada quien. Para finalmente abrirse la pregunta que invita a reflexionar sobre si se lee igual en los distintos discursos.
La precisión que se hiciera respecto que no hay que hacer del no-saber un ideal, permitió que resonara, sobre el final de la noche, que se trata más bien de pasar de estudiante a analizante. Es decir, como hacer de lo ilegible una causa de invención, operación implicada en el corazón de una política del no-todo que invita a “poner de si”. Así se dio por cerrada una primera noche entusiasta, participativa, con preguntas e intervenciones diversas que tornaron cálida una fría noche de otoño.