Miércoles 23 de Marzo de 2016, 20:00 hs.
El pasado 23 de Marzo, se llevó a cabo en la Sede de la Sección La Plata la Primera Noche de Directorio del corriente año, bajo el Título “El Saber en la Escuela, entre Formación y Transmisión”.
Se dieron cita Eduardo Suárez (Director de EOL- La Plata), Christian Ríos (Director adjunto de la EOL- La Plata), con Diana Wolodarsky (Directora adjunta de la EOL) Y Fabián Naparstek (Presidente de la EOL)
Eduardo Suárez dio una cálida bienvenida a la mesa de trabajo y a los nuevos miembros de la EOL Sección La Plata: Sonia Beldarrain y Cecilia Fasano, quienes recibieron los aplausos del auditorio.
Asimismo, puntualizó en su presentación, a la Escuela como lugar privilegiado de formación de los analistas, interrogando de qué saber se trata, qué relación mantiene con otros saberes, dentro y fuera de la misma. Recordó, con J.-.A. Miller en “El Banquete de los Analistas”, un contrapunto en el desplazamiento de la verdad al saber, en la historia del movimiento del psicoanálisis, en cómo Lacan se valió para interpretar a la IPA, así como en referencia al movimiento dentro de la Escuela de Lacan, donde espera, al final, producción de saber. Contrapunto que se encuentra, en el corazón de la práctica analítica misma: de la verdad como “truco” a la producción de “un” saber.
Por otra parte, llamó a mantener “la llama” en los diferentes dispositivos de la Sección: Carteles, Seminarios, Noches, Jornadas; en tanto espacios de elaboración colectiva.
Luego, Christian Ríos, centró el eje de su trabajo en la tensión de los términos Saber, Formación y Transmisión, destacando que el saber que atañe a la formación analítica, es ante todo un saber de la experiencia analítica.
Situó el saber analítico como aquel que se refiere al inconsciente, un saber que el sujeto no sabe que sabe, que ignora; determinado por las formaciones del inconsciente como respuesta/tratamiento del real: “no hay relación sexual”. Distinguiendo así conocimiento de saber.
También, diferenció al saber inconsciente del sujeto del inconsciente. De la operación del primero, la pereza y su relación al Discurso del Amo; sólo el Discurso Analítico, es aquel que pone al “trabajo” al sujeto, en una experiencia de saber singular. Destacó como fundamental enseñanza, un bien decir ahí, en la experiencia del análisis y del Pase.
Bajo la pregunta ¿cómo enseñar lo que un psicoanálisis enseña?, tomo la tesis de Lacan, sobre la transferencia de trabajo en la Escuela y ordeno otro eje: De la transferencia “al” saber: del amor al saber, a una transferencia “de” saber; saber que no se sabe puesto al trabajo con otros en la Escuela.
Más tarde, Diana Wolodarsky, bajo el título “Efectos que Afectan”, destaco 4 elementos en su trabajo: 1) Saber,2) Escuela, 3)Transmisión y 4) Formación.
Destaco el “entre” del título de la Noche, para ello planteó al saber como objeto que circula en el espacio Escuela y a la Escuela como un Otro, que se presta a alojar un saber. Explicitando que La Escuela, como barrada, así como La Mujer, no la hay. Planteó que la misma, es un concepto que, al igual que el análisis, se encuentra en formación permanente.
Subrayó la importancia del dispositivo del Cartel, a fin de responder a la pregunta qué es un analista, dado que lo que está en juego, ahí, es un saber “vivo”. Planteó cómo un borde no hace serie, sino relieve, borde entre formación y transmisión. Y cómo este dispositivo, como la Escuela, contrarresta al Discurso del Amo.
Citó a M. Bassols en lo que hace a lo “propio” del deseo del analista, que interviene al goce del sentido y al deseo de curar. Y trajo al trabajo un “detalle” de la experiencia del control, que ilustró efectos de transmisión que la afectaron.
Por su parte, Fabián Naparstek, en esta ocasión se sirvió del “Pequeño Discurso a los Psiquiatras” de Lacan, y tituló su trabajo “El Coraje de la Formación”.
Señaló en una cita del texto de Lacan, la crítica a la comprensión por la posición en el fantasma: “…hay cosas que no penetran, quizá por ser ex cátedra, excepto los que formé como analistas…los que tuvieron un buen análisis”. Y con la pregunta ¿qué enseña un análisis?, destacó que lo que un análisis permite captar es que se aprehende respecto del saber que le es transmitido a “uno”.
Ubicó una recurrencia, cada vez que Lacan habla del Pase habla de segregación.
Asimismo, subrayó en el texto citado, la segregación al loco. El loco como hombre libre que prescinde del gran A, porque tiene el objeto en el bolsillo, es eso lo que angustia a los psiquiatras. Y comparó al psiquiatra con el analista veterano, el analista inteligente que segrega el síntoma, la locura singular de los otros.
Finalmente, trajo una referencia de J.A. Miller sobre el “coraje” de la psicosis en “Sobre la elección de la psicosis”, para subrayar que el coraje por desembarazarse de las identificaciones, es el coraje de inventar. La formación analítica supone “ese” coraje, supone inventar algo nuevo, una forma singular de hacer cada quien con el fin de análisis.
La conversación giró en torno a los temas de la mesa, intervenciones del público animaron la noche, concluyendo que el saber en juego en psicoanálisis es, de un saber- hacer.
Claudia Nuñez