Responsables: Eduardo Suarez, Agustín Barandiarán
Equipo: Silvia Ávila, Camilo Cazalla, Antonela Garbet, Sonia Insaurralde
La práctica analítica en las diversidades
Clasificación – nominación
En la primera noche que tuvo lugar en la Sección con la presentación del primer argumento observamos que el término que concentraba la libido y se puso de relieve en los debates fue “diversidades”. Término que señala por un lado lo que ya sucede, estamos habitando en las diversidades, por ello se trata de desgranar este significante de época, para hacer del mismo un elemento que arroje un poco de luz a nuestra doctrina, pero destacando que el tema en cuestión es la práctica. Estas jornadas son una invitación a reflexionar y poder decir mejor lo que seguro ya hacemos como analistas. Por ello, considerando el tema que nos ofrece como consigna la comisión científica, nos situamos en la pregunta acerca de cómo los términos clasificación y nominación, inciden en nuestra práctica. Cuál es la orientación que imprime la clasificación y cuál la que imprime la nominación. En este eje una pregunta fundamental se impone; en qué estamos efectivamente en la práctica analítica hoy.
Jacques-Alain Miller en la conferencia de la AMP de 2014 [1], señala que no es solo una cuestión de deseo que el psicoanálisis cambie, pues es un hecho. Sugiere la idea de una ruptura entre el discurso de Freud y el de Lacan, especialmente a partir de lo que consideramos la última enseñanza. Nos deja en claro que el inconsciente freudiano no es el cuerpo hablante, es por ello que Lacan crea el neologismo parlêtre que es en sí mismo el misterio de la unión entre el significante y el cuerpo. Ya no estamos únicamente ante el cuerpo imaginario, el cuerpo pasa a ser también el lugar del Otro del significante. Este cruce produce efectos, como un destello. Que no tienen como causa a la verdad, sino el acontecimiento de cuerpo, goce del cuerpo que abre la vía del sinthome.
El camino hasta aquí
Las clasificaciones que ha utilizado el psicoanálisis desde Freud y que provienen de la psiquiatría, aunque con funciones distintas, responden a lo universal y lo particular, es decir se sitúan a nivel del registro de la verdad. Son nominaciones de sustento simbólico referentes al Nombre del Padre, lo que permitió a Lacan ordenar la clínica a partir de este significante.
No es que se ignore o se haya pasado por alto lo imposible de hacer del individuo humano el ejemplar perfecto de su especie. Siempre se supo que lo universal e incluso lo particular de una clase no se expresan plenamente en el ser hablante, es necesario que se escriba la relación sexual para que esto fuese así. No obstante, de estas clasificaciones, que tienen como paradigma a la neurosis, se ha derivado una práctica formalizada exhaustivamente a lo largo del tiempo y ha sido logificada hasta el matema. Con una lógica de la cura bien estructurada, que comenzaba en las entrevistas preliminares, donde se intentaba precisar el diagnóstico, y si la estructura era neurótica se esperaba la rectificación del sujeto. Desde ahí se seguía todo el recorrido que va desde la puesta en forma del síntoma bajo transferencia, con el sujeto supuesto saber, hasta un largo desciframiento que culminaría en la construcción del fantasma y su atravesamiento. Llegados allí se verían emerger los restos sintomáticos, aquellos que resisten a la cura, que habría que trabajar hasta alcanzar el estatuto del sínthoma. Recién en ese punto se abriría el tránsito por un resto singular, por el cual podíamos llegar a lo incomparable de cada sujeto.
Los inclasificables
Ahora bien, la dimensión de lo incomparable, comenzó a presentarse como lo más frecuente a la entrada de los análisis, y no tanto como resto del tramo final. Lo que generó el “efecto de sorpresa” [2] en los analistas, en tanto que, en las presentaciones llamadas actuales, cada vez se hacía más difícil ubicar el caso en las estructuras clásicas. A tal punto de llegar a la paradójica clasificación en “los inclasificables” de 1996. Tan paradójico como hacer de la locura de cada uno, el universal del “todo el mundo es loco”.
Las psicosis ordinarias
Luego de 10 años de trabajo, de tanto paralelismo y reduplicación conceptual, Miller decidió la fundación del campo de las psicosis ordinarias, con la invención de nuevos términos tales como: neodesencadenamiento, neoconversión y neotransferencia. Aquí, con una mirada enfocada en el sujeto del goce y no tanto en el sujeto del significante, la formalización clínica basada en la discontinuidad evidencia su carácter artificial dando cada vez más lugar a una clínica continuista. Así, se comienza a sentar las bases de una práctica del psicoanálisis en la diversidad, basada en el uno por uno del síntoma. Cambio en la orientación, de buscar la causa del síntoma a pensarlo como recurso y hacer así que alcance el estatuto de nombre propio.
Para este aggiornamento de la teoría fue necesario servirse no solo de los primeros desarrollos de la enseñanza de Lacan, sino especialmente de los ulteriores, aquellos que dominamos última y ultimísima enseñanza.
La nominación
Hay en la obra de Lacan todo un trabajo sobre el nombre propio, que encontramos ya desde los primeros años de su enseñanza, luego pasará a hablarnos de la nominación, que no es lo mismo. El nombre propio tiene poco de propio, ya que nos viene del Otro, y se inscribe en el campo de lo particular. En cambio, a partir del “Seminario 21”, Lacan va a insistir con la función de la nominación, a la que presenta como “cuarto nudo que anudaría a los otros registros redoblando alguno de ellos” [3]. Para ello se sirve de los conceptos freudianos de “Inhibición, Síntoma y Angustia” en tanto nominaciones Imaginarias, Simbólicas y Reales, respectivamente.
Es a partir del Seminario 20 que podemos ubicar más claramente este giro, ya que el lenguaje pasa a ser concebido en su función de goce y el inconsciente una elucubración de saber sobre lalangue. El otro movimiento fundamental que hace Lacan es situar los tres registros conforme a la regla del nudo borromeo, en equivalencia, sin que ninguno prevalezca sobre el otro. Retoma los significantes freudianos inhibición, síntoma y angustia para dar cuenta de tres modos de anudamiento. A esta altura de su enseñanza Lacan no cuenta con el cuarto que anuda, al que llamará sinthome, sino que se sirve del redoblamiento de una de las cuerdas por sobre las otras, propiedad que le dará el carácter de nominación. Finalmente, la nominación toma la función de síntoma, ya no como metáfora sino como modo de goce de cada quien.
Dice J.-A. Miller en El lugar y el lazo:“el nombre sinthome fue promovido por Lacan – esa es mi lectura mi hipótesis- como la respuesta estrictamente psicoanalítica a la indiferenciación de la clínica, a la época de ladecadencia de la clínica” [4]. Pero sin embargo los lacanianos no le dieron el uso radical que le daba Lacan, por mantenerse apegados a la diferenciación estructural, que por otro lado Lacan había hecho tanto por erigir.
La pregunta es para nosotros, ¿no hacemos aun un uso radical del sinthome, por mantenernos apegados a la clínica estructural?
La caída del Nombre del Padre y sus consecuencias
Antes de responder es preciso decir que la época actual es “victima” de un real, que deja en impotencia a lo simbólico, no solo se trata de discursos sino de nuevos modos de vivir y nuevas leyes que los regulan. Asistimos entonces a las consecuencias de la caída o la impotencia del Nombre del Padre como significante de la tradición que continúa produciendo efectos, menos quizás por las identificaciones en crisis, sino más bien por el reflujo promovido de identidades diversas nombradas desde cada goce por la autopercepción de los egos.
Por otro lado, hoy se hace patente que el discurso del derecho presente en los debates actuales, siempre intenta legislar el goce que rechaza ser interpretado y va detrás de él sin poder atraparlo. En sintonía con la declinación del padre, la ley apunta cada vez más al permiso y a la habilitación para ampliar sus límites, sin advertir que lo esencial que habita al sujeto no es la búsqueda de su propio bien. En este punto el seminario La Ética del Psicoanálisis tiene mucho para aportarnos. Justamente aquí se ubica la gran diferencia entre el psicoanálisis y cualquier otro discurso. Desde esta perspectiva, con esta referencia del sujeto contra sí mismo, fundamento del superyó, hay que escuchar el último congreso de la AMP “La mujer no existe” donde Miller nombra a la época de la despatologización. Habría un empuje hacia una despatologización, que dice todos normales. En este “todos normales” resuena la ironía de Dostoyevski en Los hermanos Karamázov que corrige a Nietzche diciendo, “si Dios ha muerto, en realidad nada estaría permitido”.
Hay que pensar cuáles son las consecuencias de la era pos-paterna. Sabemos la importancia que le dio Freud al padre llegando incluso a reducir a Dios a un semblante de él. En cambio, Lacan se ha servido del padre más para hacer de él una función en relación, o mejor diríamos en defensa al goce oscuro de la madre y a lo ilimitado del goce femenino. Operación fundamental para que el goce se articule con el deseo por la vía del falo.
La época actual muestra la proporción inversa que hay entre la deflación del deseo y los imperativos superyoicos de goce. Bajo la máscara de los ideales de la salud y la salud mental, desconociendo la singularidad del parlêtre tal como se planteó en los argumentos para estas jornadas [5],seempuja a los sujetos a oscuras y estragantes exigencias de felicidad.
El psicoanálisis y los psicoanalistas heredamos mucho del padre, quienes no somos ya tan jóvenes hemos sido formados en la clasificación, en esas maravillosas arquitecturas de saber, y ahora nos resulta difícil encontrar su aplicación, servirnos de ella y prescindir de ella cuando se vuelve un obstáculo. Por un lado, en las consultas que nos llegan es difícil situarse a ese nivel, son pocos los casos y escasa la nosografía. A eso hay que sumarle el hecho de que las clasificaciones siempre son en el fondo normativas y hoy, en la época de la despatologización, se van volviendo insostenibles.
La práctica de Lacan
Encontramos, a propósito del tema y de este debate, el texto de Esthela Solano Suárez Tres segundos con Lacan donde ella, en la presentación que pueden encontrar en Youtube [6], justifica la existencia de este libro porque le permite mostrar la práctica de Lacan. Es un testimonio confiable, de una práctica que Lacan no solo realiza, sino teoriza y fundamenta a partir de los años ´70.
Dos párrafos nos permiten extraer el dato que nos interesa:
“Me encontré con Lacan en el momento en que extraía la práctica del psicoanálisis del Otro hacia el Uno, apuntando a lo real del sinthome.” [7]
“De entrada, desplazó la demanda explícita poniendo el acento sobre el síntoma, demostrándome en acto que este es el verdadero eje de una demanda de análisis”. [8] “Le digo, soñé con una mujer que venía a París…A lo que él enseguida responde: eso es, mientras levantándose de su sillón de analista, y con un gesto decidido, abre la puerta y yo salgo de su consulta”. [9]
En efecto, Lacan no le descifró un sueño ni una formación del inconsciente en todo el análisis, y en cambio insistió desde el principio en el síntoma, desde la pregunta acerca de cuál era, qué es lo que la hacía sufrir, para orientarse hasta el final por el qué hacer con eso.
Sufrimiento y recurso
Tomamos entonces la perspectiva del síntoma como aquello que hace sufrir, pero también, por costoso que sea al principio, el síntoma es un recurso. Así estamos, de entrada, en la diversidad más radical por definición, porque no hay un síntoma igual a otro y el síntoma siempre es el de cada uno. En consecuencia, estamos en la antítesis de la clasificación. Porque la clasificación, como ya dijimos, toma al caso en tanto miembro perteneciente a una clase, y su aspiración secreta, la llamada cura, es que tal pertenencia se reduzca a cero. Ahora bien, más allá de las complejidades lógicas, nominación es un término para pensar un anclaje, una respuesta. Es una noción para intentar ver cómo se constituye y se cierra una singularidad. Y si bien nunca el nombre llega del todo a una singularidad real sin embargo es lo que, del lenguaje, tiende a ello.
Recordemos que no por nada Lacan llamo “nombre” al anclaje provisto por el padre. Solo que, en el caso de esta solución, el nivel de generalidad que alcanzó hizo que más allá del caso por caso freudiano, la única diversidad fuera la diversidad de las clases. Recordemos que el síntoma también fue entendido en ese sentido, porque hay una vertiente del mismo que funciona como un nombre que hace de respuesta, de anudamiento singular. Por lo tanto, seguir la vía de la nominación implica partir del síntoma en dirección al sinthome, donde no se trata de buscar su causa sino de saber hacer con eso, hasta hacer de eso el nombre mismo del sujeto.
Soy un adicto
Un joven consulta con claros signos de descompensación psicótica, su familia no sabía qué hacer con sus desbordes cada vez más riesgosos. El analista participaba de esa vacilación primera porque, para el propio sujeto, el problema era que fumaba demasiado, cuando para todo el mundo eso era el menor de los problemas. A ello se sumaba su rotunda negativa a una consulta psiquiátrica pues no quería quedar del lado de los locos, clasificación a la que respondía con graves amenazas a quien se lo sugiriera. Este estado se mantuvo hasta un momento en que el analista se dejó orientar por lo que el sujeto nombraba como su propio exceso; “si fumo demasiado es porque «soy un adicto»”. El analista consiente con ese primer nombre del síntoma, se lo escribe en un papel y a ese título o, con ese título en el bolsillo, el paciente acepta muy agradecido los tratamientos que se le ofrecen incluido un tratamiento psiquiátrico.
A modo de conclusión
Sabemos que entre la práctica y la teoría hay una hiancia, le toca al analista, al practicante, con su acto, hacer la conexión entre ambas. Miller en “El ruiseñor de Lacan” lo explica muy bien: “…Y es la practica en tanto que descubre o debe redescubrir en cada caso que se presenta aquí y ahora los principios que podrán dominarlo. Pero se trata de redescubrir los principios del caso en cada caso”. [10]
Es un acto de juzgar, de decidir, el que nos toca como analistas, y es lo real los que nos marca el camino principal para orientarnos.
Una clave en este sentido la aporta Eric Laurenten “La clínica del sinthome”, al ubicar que lo que puede orientar la práctica psicoanalítica es la creencia en el síntoma como partenaire, oponiéndola a la creencia en el goce sin fin como imperativo de la época. Propone así una clínica orientada a nominar el síntoma más que a descifrarlo, un pasaje del desciframiento a hacer consistir el “Eso que hay” con eso que no solo no se levanta, sino que persiste y que será “lo incurable”, aquello que Lacan llama sinthome.
La subordinación del sentido por el goce establece de alguna manera una pragmática del psicoanálisis. La cuestión que se nos plantea es si debemos seguir con una práctica que se deriva de la clasificación, que ya ha mostrado sus límites, consiguiendo mejores interpretaciones, o partir de ese “fracaso” tomado como imposible, y orientar los análisis definitivamente por el síntoma, pasando a discutir cómo reducir su goce para que se pueda acceder más temprano que tarde a saber hacer con él.
NOTAS
- Miller, J.-A.: “El inconsciente y el cuerpo hablante”, Conferencia pronunciada en la clausura del IX Congreso de la Asociación mundial de psicoanálisis, 17/04/2014, https://www.wapol.org/es/articulos/Template.asp?intTipoPagina=4&intPublicacion=13&intEdicion=9&intIdiomaPublicacion=1&intArticulo=2742&intIdiomaArticulo=
- Miller, J-A.: “De la sorpresa al enigma”, Los inclasificables de la clínica psicoanalítica, Editorial Paidós, Buenos Aires, 2010, pág. 17.
- Lacan, J.: “Seminario 21, Los no incautos yerran-Los nombres del padre”, 13/05/1975, inédito.
- Miller, J.-A: El lugar y el lazo, Editorial Paidós, Buenos Aires, 2013, págs. 272-273.
- Racki, G., Ríos, C., Schwindt, G.: “Argumento y ejes”, Héteros #1, IX Jornadas de la EOL-Sección La Plata, “La práctica analítica en las diversidades”, http://www.eol-laplata.org/template.php?sec=Jornadas-y-eventos&file=Jornadas-y-eventos/ix-jornadas-anuales-de-la-eol-seccion-la-plata/heteros_01.html, 2022.
- Solano-Suárez, E.: «Tres segundos con Lacan»., Biblioteca del Campo Freudiano de BCN (BCFB)
https://www.youtube.com/watch?v=NrqH1vHbBMQ. - Solano Suárez, E.: Tres segundos con Lacan, Editorial Gredos, Barcelona, 2021, pág. 21.
- Ibíd., pág. 26
- Ibíd., pág. 8
- Miller, J.-A.: “El ruiseñor de Lacan”, Conferencias Porteñas 3, Editorial Paidós, Buenos Aires, 2010, pág. 128.
BIBLIOGRAFÍA GENERAL
- Lacan, J.: “Introducción a la edición alemana de un primer volumen de los Escritos”, Otros Escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012.
- Lacan, J.: El Seminario, libro 18, De un discurso que no fuera del semblante, Paidós, Buenos Aires, 2014.
- Lacan, J.: El Seminario, libro 20, Aun, Paidós, Buenos Aires, 2006.
- Lacan, J.: El seminario, libro 23, El sinthome, Buenos Aires, Paidós, 2006,
- Lacan, J.: El seminario, libro 19, …o peor, Buenos Aires, Paidós, 2012.
- Lacan, J.: “Seminario 24, L´insu que sait de l´une-bévue s´aile á mourre”, 1976, inédito.
- Lacan, J.: “Lacan pour Vincennes”, Ornicar?, 1979.
- Miller, J.-A.: Punto Cenit. Política, religión y psicoanálisis, Colección Diva, Buenos Aires, 2012.
- Miller, J.-A.: “La singularidad del síntoma” y “El analista síntoma”, Conferencias porteñas 3, Paidós, 2010.
- Miller, J.-A.: “Presentación Revista de psicoanálisis N°9”, Rusia, 2021, https://psicoanalisis lacaniano.com/2021/05/15/jan-presentación-revista-rusa-20210515
- Miller, J.-A.: El Lugar y el Lazo, Paidós, Buenos Aires, 2013.
- Miller, J.-A.: “El Ruiseñor de Lacan”, Del Edipo a la sexuación, Paidós, Buenos Aires, 2011.
- Laurent, E.: “El traumatismo del final de la política de las identidades, 2017, http://lalibertaddepluma.org/articulos/eric-laurent/
- Laurent, E.: El nombre y la causa, editado por Mariana Gómez, Instituto de Investigaciones Psicológicas (CONICET y UNC), Córdoba, Libro digital, 2020.
- Laurent, E.: Psicoanálisis y Salud Mental, Tres Haches, Buenos Aires, 2000.
- Laurent, E.: “La imposible nominación, sus semblantes y sus síntomas”, Revista anual de psicoanálisis Mediodicho, N 37, Talleres Gráficos Copydata, Córdoba, 2011
- Laurent, E.: “Interpretar la psicosis día a día”, Blog-note del síntoma, Tres Haches, Buenos Aires, 2006.
- Tudanca, L.: De lo político a lo impolítico. Una lectura del síntoma social, Grama, Buenos Aires, 2006.
- Vallejo, P.: “El diagnóstico es un semblante como cualquier otro”, XXV Jornadas de Residentes de Psicología y Psiquiatría de la Provincia. de Buenos Aires:“Implicaciones de la Ley de Salud Mental”, 2011
- Racki, G., Ríos, C, Schwindt, G.: “Argumento y ejes”, Héteros #1, IX Jornadas de la EOL-Sección La Plata, “La práctica analítica en las diversidades”, http://www.eol-laplata.org/template.php?sec=Jornadas-y-eventos&file=Jornadas-y-eventos/ix-jornadas-anuales-de-la-eol-seccion-la-plata/heteros_01.html, 2022.