Contribuciones de Carlos Jurado y Cecilia Gorodischer Diversidad en Borges
Carlos Jurado (EOL Sección La Plata)
Recorto del Argumento: «La práctica analítica implica alojar decididamente la profunda diversidad del ser parlante como sufrimiento y opacidad, despertando en cada caso el trauma e invento singular y sinthomático de cada uno» [1]. Para avanzar en el eje Diversidad e iteración, me centraré en la relación entre sinthome e iteración, cito a Miller «Les hago notar que todo esto procede de la saeta de Lacan, esa breve oración «Hay de lo Uno» (…) existe, permanece, queda el síntoma, el acontecimiento de cuerpo» [2]. Encuentro en un cuento de Borges la idea literaria de lo que puede acercarnos a la iteración, Funes el memorioso es un personaje que vive en el instante perpetuo, no es alguien capaz de pensar ya que esto exige generalizar, olvidar las diferencias, abstraer, «en el abarrotado mundo de Funes no había sino detalles, casi inmediatos», «era el espectador de un mundo multiforme, instantáneo…» [3]. Esta idea borgeana se acerca a otra ficción, El Aleph, ese espacio en el mundo en donde todo coexiste en un instante, es lo simultáneo, no lo sucesivo. La iteración no es solo la reiteración del Uno, además es la actualización permanente del goce, reiteración sin pérdida, reiteración del goce que hay. Funes advierte que hasta el momento del acontecimiento de cuerpo había vivido sin ver, sin oír, hasta que ingresa en «el presente casi intolerable de tan rico y tan vívido, y también las memorias más antiguas y triviales». [4]
NOTAS
- Racki, Gabriel: «Argumento de las IX Jornadas de la EOL-Sección La Plata: La práctica analítica en las diversidades», Heteros #1. Argumento y ejes, http://www.eol-laplata.org/template.php?sec=Jornadas-y-eventos&file=Jornadas-y-eventos/ix-jornadas-anuales-de-la-eol-seccion-la-plata/heteros_01.html, 2022.
- Miller, Jacques-Alain: «El ser y el Uno», clase 9, pág. 11, inédito.
- Borges, Jorge Luis: «Funes, el memorioso», Ficciones, Emecé editores, Buenos Aires, 1956, pág. 171.
- Ibíd, pág.167.
Un aleph de huellas dactilares
Cecilia Gorodischer (EOL Sección Rosario)
La práctica del psicoanálisis pone al analista en la pista de encontrar lo singular. Entonces, ¿qué relación puede tener lo singular con lo diverso? Lo diverso, no da solo la idea de una diferencia, sino también la de una plétora. Lo singular –en cambio– es siempre único. Pero ¿es que acaso podemos decir que, para nosotros, lo singular abunda? La diversidad, entonces, puede ser un patchwork de elementos únicos, irrepetibles. Un aleph –un infinito, un universo– de huellas dactilares.
Pongamos un ejemplo. Mientras Guildenstern y Rosencrantz tratan de sonsacarle los motivos por los que hizo sufrir a su madre poniendo en escena el asesinato de su padre a manos de Claudio, Hamlet les dice: «Pero ved ahora qué cosa tan indigna hacéis de mí. Queréis tocarme como a un instrumento (…), tratáis de hacerme emitir desde la nota más baja hasta la más alta de mi diapasón (…) ¿Pensáis que soy más fácil de tocar que una flauta dulce? Podéis tomarme por el instrumento que queráis, y tocarme cuanto os plazca, pero no me sacaréis ningún sonido». [1]
Siguiendo las palabras del danés: el psicoanálisis sabe que hay un sinfín de sonidos en la orquesta humana, incluso muchísimas flautas dulces que debieran sonar idénticas. Y busca encontrar, con cada sujeto, ese diapasón único, irrepetible, que se hace escuchar cuando cuenta con el consentimiento del sujeto. Ese sonido de altura fija –ese diapasón– solo puede llevar, como en el caso de Hamlet, el nombre propio, en medio de la diversidad. Nunca solo.
NOTAS
- Shakespeare, William: Hamlet, Traducción Eduardo Rinesi, Talcas Ediciones, Ciudad de Buenos Aires, 2000, pág. 79.