Integrantes: Josefina Altschuler, Adriana Fanjul, Mariana Isasi, Stella López
Cada época traza, sabemos, un modo de hacer con la pulsión, siendo la civilización «un sistema de distribución de goce a partir de semblantes (…) modo común de goce»[1]. Nuestro hacer como analistas se ve ineludiblemente atravesado e interrogado por el tiempo que nos toca, dado que «no hay clínica del sujeto sin clínica de la civilización»[2].
Al respecto, que no sea la legalidad del padre, de la excepción, la que rige, sino que nos encontremos bajo el régimen del objeto plus de gozar tiene efectos no sólo sociales sino fundamentalmente libidinales, dando lugar a nuevas organizaciones familiares, la transformación de las relaciones entre padres e hijos, entre hombres y mujeres. Si bien aún se sostienen los modos tradicionales de la familia, en las que opera la complementariedad o la combinación, advienen nuevas formas familiares en las cuales tiene vigencia la mismidad, la equivalencia de las funciones. En este contexto surge el neologismo parentalidad, que intenta nombrar las nuevas conformaciones familiares, como lo menciona M.H.Brousse[3].
Algo que tempranamente[4] Lacan avizoró y formalizó en los años 70, cuando al tratar el reverso de la vida contemporánea utilizó la expresión «la mujer como horizonte»[5], para situar de alguna manera «el goce in-formado» al que nos conduciría el «matrimonio feliz» entre la ciencia y el capitalismo. Feminización del mundo[6] que abre paso a una multiplicidad de goces, «derecho al goce» en reemplazo de la renuncia pulsional.
Los niños, se encuentran también concernidos por el empuje propio de la época, cuya incidencia se manifiesta en las nuevas formas de lazos, subjetividades, identificaciones. Eric Laurent[7] agrega, a las modalidades referidas por Lacan en su «Nota sobre el niño»[8], nuevas inscripciones del sufrimiento del niño. Asimilándolo al objeto a en el socielo[9], ubica al niño como objeto a producido, liberado, el que estructura la familia y distribuye en ella el goce, consistiendo en ser su astro o su desecho.
Valiéndonos de la última enseñanza de Lacan podemos ubicar al niño más cerca de la epopeya del encuentro con el lenguaje[10], en ciertos casos, en el camino de ser parasitado por éste, alfabestializándose[11].
Del Argumento de esta Jornada, una de las frases que más nos inspiró fue: «cuando se analiza el cuerpo hablante, el sentido de la interpretación es el goce»[12]. Tomar alniño como cuerpo hablante, nos obliga a poner en primer plano la concepción del trauma como el encuentro contingente entre lalengua y el cuerpo y el goce que allí se inaugura, mezclado con la defensa, en tanto primer arreglo que surge frente a él, antes de darle sentido. Frente al agujero del trauma, el ser hablante debe aprender a bordearlo, con montajes que le permitan un saber hacer con el material que lo habita. De eso que se teje, Lacan dice «el niño debe aprender algo para que el nudo se haga»[13].
Pero ese borde defensivo que trata el traumatismo nunca es armónico, de allí que a la hora de orientar una cura habrá que considerar qué de la defensa respetar y qué molestar. Sin duda, un analista apuntará a importunar el goce que, desde el régimen del exceso, provoque sufrimiento, para posibilitar un régimen de satisfacción.
¿Qué invenciones, qué improvisaciones[14] del analista en la práctica con niños hoy? Será tomando dos breves viñetas que pondremos a trabajar distintas cuestiones: pulsiones, ficciones y acontecimiento de cuerpo en la práctica con niños, yendo de la verdad al goce y viceversa.
Dos casos donde defensa, verdad y goce toman configuraciones y combinaciones muy diferentes. Sí coinciden en algo que afirma el Lacan de Aun: que en la experiencia analítica el goce se aborda a partir del semblante. Ese es el detalle firme de nuestra práctica, más allá de los cambios de la perspectiva analítica.
NOTAS
- Miller, J-A El Otro que no existe y sus comités de ética. Paidós, Bs. As., 2005. Pág. 18.
- Najles, A.R «Un síntoma para cada hablante», Suplemento Rosario 12, 26/06/2014, http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/21-44619-2014-06-26.html
- Brousse, M.H. «Un neologismo de actualidad: la parentalidad». En: Enlaces 11. Grama, Bs. As, 2004.
- Lacan, J «Los complejos familiares en la formación del individuo «(1938) Otros Escritos. Paidós, Bs. As., 2012.
- Lacan, J. Seminario, Libro 17, El Reverso del psicoanálisis Paidós, Bs. As., 2002, pág. 172.
- Briole, G. La feminización del mundo. Colección Grulla, CIEC, Córdoba, 2013.
- Laurent, E. «Nuevas inscripciones del sufrimiento del niño». En: El goce sin rostro, Tres Haches, Bs. As., 2009.
- Lacan J. Nota sobre el niño. Otros Escritos, Paidós, Bs. As., 2012.
- Miller, J-A. Punto Cenit. Política, religión y el psicoanálisis. Colección Diva, Bs. As., 2012.
- Lacan, J. Función y campo de la palabra y el lenguaje. Escritos 1.Siglo XXI, Bs. As., 1988.
- [s’alphabêtissant] Lacan, J. Posfacio al Seminario 11, Otros Escritos. Paidós, Bs. As., 2012, p. 530.
- Arenas,G., Lachevsky, J., Seldes, R. Argumento, I Jornada Anual de la Sección La Plata, http://www.eol-laplata.org/template.php?sec=Jornadas-y-eventos&file=Jornadas-y-eventos/Engranajes/002.html
- Lacan, J., «Seminario 21, Los no incautos yerran», inédito, clase 3, 11-12-73.
- Cazenave, L «El niño en la última enseñanza de Lacan: Presentación del tema», Noches Abiertas de la EOL, 6 de Mayo de 2014.