
Contribuciones II
En el sexto boletín continúan las contribuciones; breves y precisas responden a la pregunta: ¿Cuáles son las variaciones de la transferencia en la práctica analítica actual?
Alberto Justo

«La actualidad de la transferencia es el objeto a», nos recuerda Mauricio Tarrab.
Encuentro en el Seminario 11 un antecedente, una clave de lectura, para pensar las variaciones de la transferencia. En el capítulo X,»La presencia del analista», partiendo del engaño fecundo del amor, Lacan sitúa la función de la transferencia por lo que es: un «nudo gordiano». Se trata de una intervención quirúrgica por la cual se encarga de cortar y establecer el primer par significante, S1 en su lazo con S2. Esa conexión condiciona desde un inicio la práctica analítica, instaurando el pivote de la transferencia simbólica, el sujeto supuesto saber.
Pero también está lo que insiste, ese encuentro que siempre falla, que es del orden del traumatismo. «La transferencia es la puesta en acto de la realidad sexual del inconsciente».
Definir la transferencia de este modo crea un punto de tensión, que Lacan mismo reconoce al confrontarla con su clásica definición de «el inconsciente estructurado como un lenguaje». ¿Cómo conjugar estas dos pendientes de la transferencia, entre el significante y la realidad sexual? Lacan responde: con el «deseo del analista«.
José Matusevich

Para el parlêtre la transferencia es un espejismo.
«Me parece que el acento especial que pone Lacan allí («Prefacio a la edición inglesa del Seminario 11«) sobre la urgencia tiene el valor de disipar el espejismo de la transferencia»[1]
Los re-análisis de los AE nos hacían preguntar cómo eran estos posibles si el fin del análisis supone la caída del sujeto supuesto al saber.
La época del parlêtre nos muestra que en realidad lo que sostiene y atraviesa un análisis de principio a fin es la urgencia, o sea, la exigencia de la pulsión, y no la transferencia.
Varias consecuencias se deducen de este cambio, algunas son: 1- pasamos de un S1 que representa al sujeto, a un S1 que no representa nada; 2- el saber es solamente elucubración (recuerdo el carácter peyorativo de esta palabra); 3- por consecuencia, la subjetividad y el objeto son sólo defensas contra lo real.
NOTAS
- Miller, J-A. . En: «El pase del parlêtre«. Revista Enlaces Nº 16. 2010.
Soledad Salvaré

La práctica analítica actual nos confronta a la demanda del sujeto contemporáneo, imbuido de un goce solitario repetitivo y sin sentido. Entraña una demanda de alivio y satisfacción que podemos pensar más del lado de la vertiente libidinal que de la vertiente de la significación. Miller en «Una fantasía» [1] nos pone en la pista de una inversión. Allí ubica, en primera instancia, al amor como lo que puede hacer existir al inconsciente como saber. La transferencia, entonces, como soporte del surgimiento del sujeto supuesto saber y no al revés. Inversión de los términos en la que destaca la función mediadora del amor, en tanto permite la relación entre S1 y S2, introduciendo el sentido y el saber en lo real y abriendo así las condiciones de posibilidad del discurso analítico.
Ahora bien, ¿a qué responde y a dónde nos conduce Miller con dicha inversión propuesta luego de definir al parlêtre como lo que se mueve, hierve e infecta? [2]
¿Cómo suscitar el amor al inconsciente en los tiempos del parlêtre?, ¿cómo encarnar la causa de deseo, sabiendo que ya no se trata del sujeto del inconsciente freudiano sino de un inconsciente cuyo real es el cuerpo hablante que goza?
Miller nos interpela: «Analizar al parlêtre es lo que hacemos, solo debemos saber decirlo».
NOTAS
- Revista Lacaniana Nº 3.
- Ibid.,pàg 19.
Gisele Ringuelet

Si hay algo que varía en la transferencia analítica son las pasiones, que también se modifican según en qué época y en qué ciudad vivamos.
Si hacemos una retrospectiva, notaremos que sobre el amor se hablaba antes de una manera diferente a como se utiliza el término ahora. Los sufrimientos, tanto de los neuróticos como de los psicóticos, que se despliegan en un análisis, nos indican, a través de la modalización de las pasiones, no sólo la posición de quien habla sino las fijaciones de objeto a las que está atado. La pasión introduce al sujeto ($) e indica su ley de goce.
Hoy día, hay mujeres que expresan la ira con un lenguaje escatológico del insulto y hombres que hablan de la vergüenza que experimentan frente a las mujeres.
Entonces, tanto la entrada ($) como la salida, en la experiencia analítica, modifican la forma de gozar de cada uno, sus pasiones, la manera de tener un cuerpo.
La inscripción para miembros, asociados y cartelizantes está abierta, y a partir del 1° de setiembre se abre a estudiantes y participantes del Seminario del Campo Freudiano y público en general.
Valores de inscripción:
Hasta el 15/9/14:
Miembros, asociados, cartelizantes y público en general: $ 250.
Estudiantes: $150.
Participantes del Seminario del Campo Freudiano: $100.
Después del 15/9/14
Miembros, asociados, cartelizantes y público en general: $ 300.
Estudiantes: $180.
Participantes del Seminario del Campo Freudiano: $130.
Se puede realizar: de lunes a viernes de 16.30 a 20.30 horas, en la sede de la EOL Sección La Plata, calle 50 n° 544 esq 6. Teléfono: 221 – 4273647
Para informes podrán escribir a: [email protected]