Argumento
Engranajes #2 les trae el argumento, los ejes de trabajo y las principales referencias bibliográficas que la Comisión Científica ha definido para nuestra I Jornada Anual de la EOL – Sección La Plata. DE LA VERDAD AL GOCE: REFORMULACIONES DE LA PRÁCTICA.
En el camino que lleva de la verdad al goce, es necesario calibrar la importancia del cuerpo en la experiencia analítica.
Lacan considera la verdad como ficción, como secreto o como síntoma, y en todos los casos la distingue de la exactitud. Al igual que la carta robada en el cuento de Poe, la verdad se esconde mejor cuando está a la vista, y su temporalidad es homóloga a la del inconsciente, ya que se desvanece en el instante de mostrarse para que el analista le exija dar una vuelta más, allí donde refleja su fertilidad.
Al comienzo de su enseñanza, Lacan se refiere a una verdad que reclama reconocimiento, que quiere decirse para que un Otro tome nota de ella: «Ya huyáis de mí en el engaño o ya penséis alcanzarme en el error, yo os alcanzo en la equivocación contra la cual no tenéis refugio». Retornar a Freud es, para Lacan, recuperar la función del lenguaje y devolver a lo simbólico su lugar de privilegio. La verdad, en este contexto, apunta tanto al inconsciente como a los semblantes que el Otro sostiene. ¿Qué lugar, entonces, para lo real?
Lacan forja una articulación creciente entre la verdad y el goce, hasta plantear la hermandad entre una y otro. La verdad es un semblante capaz de interrogar lo real, y en la experiencia analítica el goce sólo se aborda a partir del semblante. Tal es la potencia de esa verdad que Lacan califica de humilde, compleja, ajena a la realidad, insumisa a la elección del sexo, pariente de la muerte y fundamentalmente inhumana.
Según dice Miller, la noción de que el objeto del deseo es metonímico llevará a Lacan a definir la metonimia como transformación (metabolismo) del goce, y no ya como transformación de la verdad.
En la práctica y en la enseñanza de Lacan, este desplazamiento –de la verdad al goce– es correlativo de la distinción, al fin lograda, entre sexualidad femenina y sexualidad histérica. En contrapartida, las fórmulas de la sexuación permiten explorar lo que todo ser hablante tiene del goce no-todo.
En el discurso de la histérica, el plus-de-gozar (a) se inscribe en el lugar de la verdad. Ésta es pues la apariencia que el goce adquiere en ese discurso. La verdad de la histérica es que necesita ser el objeto a para ser deseada.
Quizá por eso Lacan dice que para conocer la verdad de un hombre es preciso saber cuál es su mujer –o, para decirlo directamente, cuál es su síntoma. El objeto a es insignificante, aunque los hombres se vuelvan locos por él y no se les ocurra conformarse con otra cosa –signo de la impotencia que recubre a la más sutil de las imposibilidades.
Las histéricas, a quienes Lacan llamará «picos de oro», dicen mucho más de lo que creen. Es lo que ocurre a todo aquel que se dirige a alguien para hablarle sobre su padecimiento, ya que hablar siempre revela la división entre el goce y el semblante. Lo peculiar de las histéricas es que dicen la verdad sobre la relación sexual. Por eso Lacan señala que el semblante nombrado por la verdad es assez phalle (bastante falo), acéphale (acéfala). Así lo muestra el fantasma Pegan a un niño, que presenta el goce del Otro (que goza pegando) como forma invertida del goce del sujeto.
Ahora bien, ¿qué lugar tiene hablar del padecimiento hoy, cuando la palabra se ha convertido en un bien, y ser escuchado, en un derecho? Miller señala que esto conduce a desconocer lo real y a utilizar la verdad para defenderse de él. La hipervaloración de la verdad va acompañada de una desvalorización de lo real. La escucha que pretende la prevención generalizada del trauma, desconoce el verdadero valor de la urgencia del parlêtre.
En «Una fantasía», Miller puso sobre el tapete los efectos nocivos producidos por el psicoanálisis mismo, cuyo éxito, manifiesto en la proliferación de las psicoterapias que se reconocen como herederas de aquél, pone en tela de juicio su herramienta fundamental: la interpretación. Captar mejor qué real está en juego en nuestra época, estar advertidos de las mutaciones del orden simbólico en el siglo XXI, y darle a lo imaginario el peso que tiene en el misterio del cuerpo hablante, nos permitirá explorar la necesaria reconfiguración de la práctica analítica para los tiempos por venir.
A diferencia de lo que ocurría en tiempos de Freud, el psicoanálisis ya no aparece como el reverso de la civilización. Por eso, al presentar el tema del próximo Congreso de la AMP, Miller afirma que la interpretación ya no es un fragmento de construcción que apunta a un elemento aislado de la represión, ni una elucubración de saber, ni un efecto de verdad absorbido de inmediato por la sucesión de las mentiras, sino un decir que apunta a producir un acontecimiento en el cuerpo hablante. El análisis debe ajustarse a la pulsación del cuerpo hablante para insinuarse en el síntoma. Cuando se analiza el inconsciente, el sentido de la interpretación es la verdad. Cuando se analiza el cuerpo hablante, el sentido de la interpretación es el goce. Este desplazamiento de la verdad al goce da la medida de aquello en que se convierte la práctica analítica en la era del parlêtre.
Sin embargo, así como sólo es posible ir más allá del padre a condición de servirse de él, es necesario servirse del inconsciente, de la verdad, y del deseo del analista, para que la experiencia acceda al parlêtre, al goce, y al analista sinthome.
Proponemos, pues, abordar la reconfiguración de la práctica analítica a la luz de los siguientes ejes temáticos:
- El psicoanálisis ante síntomas sociales tales como el bullying, la violencia de género, etcétera.
- El goce en los adolescentes: cuerpos mutantes, fragmentados, marcados, en riesgo.
- Acontecimientos de cuerpo en los niños.
- Desafíos planteados por las presentaciones actuales de las neurosis y de las psicosis.
- Verdad y goce al comienzo y al final del análisis.
- Variaciones de la transferencia, variedades de interpretación.
- El amor, entre el deseo y el goce, en la práctica analítica contemporánea.
- El deseo del analista y el sinthome.
- Las nadas de sentido en las formaciones del inconsciente.
- Las urgencias del parlêtre.
- Reformulaciones de la práctica en los dispositivos asistenciales.
Referencias bibliográficas principales
- Jacques Lacan
- ― De un discurso que no fuera del semblante, El seminario, libro 18.
- ― El reverso del psicoanálisis, El seminario, libro 17.
- ― «El seminario sobre La carta robada«, en Escritos.
- ― «La cosa freudiana o sentido del retorno a Freud en psicoanálisis», en Escritos.
- ― Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, El seminario, libro 11.
- ― «Radiofonía», en Otros escritos.
- Jacques-Alain Miller
- ― De la naturaleza de los semblantes.
- ― El lugar y el lazo.
- ― «Índice razonado», en Jacques Lacan, Escritos.
- ― Piezas sueltas.
- ― «Una fantasía».
La inscripción para miembros, asociados y cartelizantes ya está abierta. A partir del 1 de septiembre podrán inscribirse estudiantes, participantes del Seminario del Campo Freudiano y público en general.
Se puede realizar: de lunes a viernes de 16.30 a 20.30 horas, en la sede de la EOL Sección La Plata, calle 50 n° 544 esq 6. Teléfono: 221 – 4273647
Para informes podrán escribir a: [email protected]