Miércoles 11 de Septiembre 2024, 20:00 hs.
Por Cecilia Fasano
«¡Qué historia idiota!»
Vaya título[1] -tomado prestado de J. Lacan- fue el elegido para convocar a esta noche de Biblioteca, última de esta gestión, la que mantuvo el espíritu que animó la organización de todas las noches.
Cada encuentro, cuidadosamente preparado por los integrantes de la Secretaria,[2] contó con la presencia de analistas, no analistas y con diferentes intervenciones artísticas que dieron a cada velada un tono festivo, de reflexión y belleza. Así fue como de la mano de diferentes autores: Molière, Margerite Duras, Philip Dick, Paul Claudel, y en esta ocasión Terencio con su comedia antigua, cada una de las noches tomó su propio vuelo.
El arte de Julieta Ranno y el saxofonista Federico Jaureguiberry fueron los encargados de abrir el telón creando el formidable clima del que el arte es capaz.
Esta vez ¿por qué Terencio y su comedia Andriana? Es Lacan quien indica la referencia y lo seguimos: «en él las cosas son llevadas tan lejos que superan en simplicidad todo lo que podemos cogitar (…) la comedia antigua para nosotros tiene un solo interés: el de mostrarnos lo que ocurre con el goce una vez que, habiéndose introducido entre el cuerpo y el goce la función del sujeto, se produce entre ambos un pequeño movimiento de desajuste». [3]
Con estos bocadillos convocamos a nuestros invitados -Christian Ríos, Gerardo Arenas y Paula Tomassoni (escritora y profesora de literatura)- quienes se dispusieron a preparar sus manjares para compartirlos con un auditorio curioso por saber que ofrecía el menú del día.
Camilo Cazalla, oficiando de anfitrión de la casa, anticipa las coordenadas de esta comedia de enredos, «historia idiota que se refiere a ella como la eterna historia de los reconocimientos».
Los analistas de la mesa destacaron la importancia del esclavo, Davo, el único inteligente entre todos los protagonistas, quién al servicio de su amo, Simón, mueve a su antojo los hilos de la trama.
Christian nos contó detalles poco conocidos que dieron marco a la obra, Terencio fue un esclavo que sirvió en la casa del amo, del cual obtuvo su nombre y también su libertad producto de la admiración que supo despertar. Ubico con destreza uno de los puntos centrales de la lectura de Lacan, respecto a Hegel y su dialéctica del amo y el esclavo, la que permite situar la instauración de una ley primordial que delimita dichas posiciones y una lógica particular entre el sujeto, el goce y el cuerpo. Al señalar que Terencio hace de la no relación una comedia, nos regala una pista donde podemos abrevar para el XV Congreso de la AMP 2026 «No hay relación sexual».
Gerardo -traductor al castellano del Seminario que nos ocupa- destacó que el par que en esa comedia forman el amo y el esclavo permite a Lacan introducir el desajuste entre el cuerpo de cada protagonista y su goce (cada uno metaforizado por el cuerpo de otro). Así, la estructura lógica de la posición del sujeto indica no sólo lo que ocurre con el goce, sino que además es guía para la acción analítica. Destacó dichos donde Lacan compara al esclavo con el analista para concluir que éste no debe buscar el bien del analizante ni pasarse de ingenioso, sino lidiar con la estructura lógica de la posición subjetiva.
Además, se permitió «el lujo», así lo calificó, de compartir su interpretación de la historia, la nuestra, la de la EOL Sección La Plata, de la que fue parte y que ya va por su onceavo año, proponiendo pasar de la anécdota a la lógica como requisito para elucidar el goce en juego.
El condimento indispensable que sazonó el menú de la noche se saboreó en el decir de Paula, cuya intervención, con ribetes de acto poético, sin ningún esfuerzo porque su procedencia del arte literario así se lo permiten, arrancó la risa del público. Entonces la comedia in situ se hizo presente.
En definitiva, Terencio interesa también porque como decíamos en otra noche parafraseando a Lacan «Basta de Tragedia. Basta de comedia. No hay drama».
De este modo el trabajo de la noche, epistémico y libidinal fabricó sus propias resonancias, vivificantes y por qué no también mortificantes, sumergiéndonos en el universo de lo tragicómico o como supo llamarlo Lacan «lo trágico chocho»[4].
Cecilia Fasano, La Plata setiembre de 2024
NOTAS
- J. Lacan: «Kant con Sade» Escritos 2 (1963). Siglo XXI, p. 768
- Lacan, J.: Seminario 14 La lógica del fantasma 1966-1967. Paidós, p. 315
- Secretaría de Biblioteca de la EOL Sección La Plata (2023-2024): Cecilia Fasano. Integrantes: Gabriela Rodríguez, Marisa Saad, Camilo Cazalla, Silvina Molina, Rosana Salvatori
- Lacan, J.: Seminario 14 La lógica del fantasma 1966-1967. Paidós, p. 315