La Formación del analista y los bordes de la Escuela
Andrea Smecca
A sala llena el pasado 7 de junio tuvo lugar una hermosa noche convocada por la Instancia Diagonal en la Sección La Plata. Coordinó la mesa, Paula Vallejo quien dio la palabra a Carlos Jurado y como invitada desde Córdoba Adriana Laión, actual presidenta del Consejo Estatutario de la EOL. Dos exponentes de lujo que dieron lugar a una animada conversación.
En consonancia con las noches previas se ubicó ésta, cómo la tercera de una serie: iniciando con la primera noche de Directorio donde Jorge Assef hablo de lo tragicómico de un análisis, tomando una de las patas del trípode freudiano y que Lacan se encargó de resaltar sobre los otros: el pase. Continuando con la primera noche de Carteles, dando lugar allí a la vertiente epistémica, dónde se abordó la inmersión en la Escuela, cómo cuarto eslabón de la formación analítica, agregada por Miller. Trípode freudiano del cual partir y recordar cada vez para llegar a formular ¿Qué es hacer Escuela? el quehacer de la Escuela y sus bordes. Retomo unas líneas del “Prefacio al primer anuario de la EOL” ante la creación de La Escuela en 1992, “si hace falta una Escuela es porque nadie puede garantizarse a sí mismo, y porque el discurso analítico no podría ser portado, soportado, sostenido por uno solo.” [1]
Esta noche nos ha encontrado conversando sobre la importancia del propio análisis, del cartel y el control, pero no hubiera sido posible sin el aporte singular de cada uno, inmersos en una Escuela a la que debemos cuidar de nosotros mismos, autorizándonos con algunos otros y no auto-ri(tuali)zarnos. Entonces, transigir, consentir, redefinir, interpretar cada vez ¿Qué es hacer Escuela y qué porvenir posible para el psicoanálisis hoy, orientados por lo real? Quizás se trate de preservar el vacío de qué es un analista… y celebrar esos efectos de formación con la enunciación de cada quien, siendo analizantes.
NOTAS
- Miller, Jacques-Alain: El Nacimiento del Campo Freudiano. Ed. Paidós, Bs As, 2023. p. 285