Palabras de despedida Directora saliente Marisol Gutiérrez
Momento de concluir
Me preguntaba en mis palabras como Directora entrante ¿Cómo hacer con lo que no se sabe? y recordaba allí que la Escuela se edifica sobre S(Ⱥ) y requiere para existir lazos fundados sobre la transferencia de trabajo que alojen la diferencia y den lugar a la invención en un trabajo colectivo. Dos años después verifico que es sobre el fondo de lo que no hay como se puede inventar con lo que hay. Hay transferencia, hay trabajo, hay deseo de Escuela, hay diferencia. Con esas piezas me dispuse a hacer un collage que se me hizo presente desde el inicio de la gestión, desde el momento en que ni el mismísimo Lacan respondió a mi pregunta sobre cómo hacer con lo que no sabía cuando le escribí en un sueño. Instante de ver que me despertó animada por la risa y la presencia inquietante de la página en blanco.
Para realizarlo conté con nueve años de Escuela en La Plata, la transmisión de quienes me precedieron, algunos retazos de mi propia experiencia por haber participado en diferentes espacios de trabajo y muchos otros que contribuyeron al trabajo y me orientaron.
El collage -decía Lacan en el seminario 10- apunta a evocar la falta que constituye todo el valor de la propia obra.
Puse manos a la obra para cortar, doblar, rasgar, manipular elementos heterogéneos y ensamblarlos, hacer algún invento. Conté también con muchos otros sujetos -que tanto como yo- con sus propios papeles, no sin inhibiciones, síntomas, angustias y fantasmas nos decidimos a apostar. El collage propio se fue collageando con el de los otros, que se dispusieron a aportar al montaje colectivo.
En esas palabras iniciales decía que la permutación sirve a los fines de recrear la Escuela; creo que en el momento en que las escribí tomé de recrear la acepción de producir de nuevo algo. Ahora se me hace más presente otro sesgo, recrear como divertir, lo que incluye el goce y la alegría.
La apuesta que hicimos junto con quienes me acompañaron en el Directorio fue producir el trabajo a través de la práctica de la conversación, práctica esencial de los miembros de una Escuela, que tal como la destacó Miller, implica «la puesta en acto de la desuposición del saber del Uno, del saber soportado por uno solo[1]», que a la vez va contra el silencio e implica la confianza basada en la autoridad analítica, en que «el otro tiene siempre algo para decir[2]».
Dos años es un buen tiempo para encarnar una función aunque, como ya sabemos, uno aprende a hacer las cosas cuando se está yendo. Afortunadamente, y por varios motivos, existe la permutación. El más importante es permitir que las funciones fijas que sostienen la estructura de la Escuela encuentren en quien ocupa cada vez la función una variante.
Quiero destacar algunos fragmentos de esta composición.
Esta función me dio la ocasión de trabajar con algunos que ya conocía y con otros que no tanto. El trabajo en el Directorio tuvo el modo de la conversación, no sin nuestras diferencias que supimos escuchar. Intentamos una lectura analítica de cada cuestión que abordamos.
Quiero destacar el compromiso sostenido a lo largo de estos dos años por los responsables de los distintos espacios: Lorena Parra en Web y redes, Verónica Di Batista en Volé, Natalia Chavari en Librería, Paula Lagunas en el Blog, Andrea Perazzo y Rosana Salvatori en El Escabel, Cristina Coronel y Mariella Lorenzi en jornadas y de cada uno de los que participaron en sus equipos. Agradezco también a los miembros y asociados que han acompañado el trabajo.
De mis compañeras del Directorio, Mariana Isasi, María Adela Pérez Duhalde, Cecilia Fasano y Valeria Martínez, valoro la seriedad, el entusiasmo y la responsabilidad de los que han dado muestras con su trabajo. De ellas recibí hoy, mientras escribía estas palabras, un hermoso ramo de flores agradeciéndome la invitación a compartir esta aventura. Me conmovió mucho. Ha sido una gran aventura. Voy a extrañar nuestros encuentros, serios y divertidos, no exentos de discusiones, pero enmarcados en el respeto al trabajo del otro, y lo que hemos podido hacer entre todas.
Quiero agradecer también a los presidentes del Consejo Estatutario de cada año, Manuel Zlotnik (también parte de nuestra ID el año pasado) y Adriana Laion (durante este año), con quienes pude conversar cuestiones importantes de la vida de la Escuela en La Plata. Y a Ricardo Seldes por su escucha atenta y sus intervenciones lúcidas.
Respecto al SCF, José Lachevsky -director anterior de la Sección- me transmitió la necesidad de reformular su funcionamiento. Iniciamos con Paula Vallejo -quien fue designada Directora para esta gestión- una conversación sostenida con los asesores: Mauricio Tarrab y Graciela Brodsky. La nueva forma implicó una renovación tanto en su estructura como en la necesaria permutación del plantel docente. La posibilidad de cursar por partes, la creación de nuevos espacios y actividades, dio forma a una inversión libidinal que hoy podemos decir que valió la pena, por el número de participantes que decidieron hacer diferentes trayectos de formación, por el lazo que se ha fortalecido con el ICdeBA, el CIEC y el IOM y por lo que es hoy en SCF en La Plata, que cuenta ahora con su primera publicación, que recopila las conferencias y sus conversaciones realizadas hasta el año pasado y transmite a la comunidad un estilo de trabajo. Con Paula también ubicamos la importancia de no quedarnos sosteniendo la apuesta desde adentro, sino de hacer una transmisión que contempló tanto lo que creímos que funcionó bien, como lo que no; así mismo lo hicimos de un año a otro en nuestra gestión. Les auguro a M. Laura Errecarte, su próxima Directora y a Belén Zubillaga -que como Directora entrante será su responsable- una buena experiencia.
La apuesta por la presencialidad nos sobrepasó; la convocatoria que han tenido algunas actividades colmó la sede y fue necesario volver al zoom, ahora por otros motivos que los que estábamos acostumbrados. El próximo Directorio verá cómo se las arregla con esto.
Continuamos afianzando los lazos con otras Secciones y Delegaciones, a través de la presencia en sus jornadas, invitaciones a contribuir en nuestros boletines y coordinación de mesas en jornadas.
Hemos trabajado para fortalecer algunos lazos de la Sección en la ciudad. Las actividades con hospitales y centro de salud ha acercado a la Escuela no sólo a los colegas con quienes ya existían transferencias sino también a psiquiatras, iniciando una conversación que deseamos que continúe. Agradezco a quienes colaboraron en el armado de esos encuentros.
«Hay que aprovechar los momentos raros y preciosos en que un cambio es posible[3]» decía Miller en ocasión de la creación de la EOL. En tiempos de aggiornamento y desde la función que encarnaba creí posible hacer algunos cambios y los propuse.
La modificación del estatuto realizada a partir de la consideración, votación y aprobación de los puntos propuestos en una asamblea extraordinaria, permitió separar la tesorería de la Secretaría del Directorio y la posibilidad de que los asociados puedan integrar el Directorio, aireándolo del círculo de la repetición en que ya estábamos, incorporando asociados que tienen mucho para aportar a la Escuela. Este aggiornamento, al tiempo del que ocurre en la AMP, implicó un trabajo con la ID, el Consejo y el Directorio de la EOL -en su momento bajo la dirección de Gaby Camali y la presidencia de Manuel Zlotnik- a quienes agradezco su gestión para hacer llegar la propuesta a Christiane Alberti, presidenta de la AMP.
De la Instancia Diagonal quiero subrayar la disponibilidad para alojar y tratar cada cuestión planteada. Fueron muchas. Su orientación ha sido fundamental en este armado. Los enlaces de cada año, Eduardo Suárez y Carlos Jurado me acompañaron y orientaron. El trabajo con la ID integrada este año por Carlos Jurado, Paula Vallejo, Viviana Mozzi y Ricardo Seldes realizado a raíz del número de solicitudes de admisión recibidas de postulantes a asociados, permitió salir del automatón de lo que se ha llamado el «dos por uno», que consistía en que por cada miembro por La Plata que entrara ese año a la Escuela, ingresaran dos asociados a la Sección. Así fue como este año ingresaron quince asociados. También quiero agradecer a la ID y al Consejo de la Escuela haber hecho lugar a la propuesta de participación de los asociados en la asamblea de la EOL.
Cada Directorio deja una marca y siempre hay cuestiones para continuar trabajando, afortunadamente. La confianza es fundamental para el ejercicio de una función y también para hacer una transmisión a los que continúan, que tendrán la ocasión de hacer lo propio. Agradezco la confianza que depositaron en mí. Le deseo al próximo Directorio una hermosa gestión.
Mi regalo a Belén Zubillaga -quien en unos instantes será Directora- es un cuaderno hecho a mano para que la acompañe en la gestión, para componer su propio collage.
NOTAS
- Miller, J.-A., El nacimiento del Campo Freudiano, Buenos Aires, Paidós, 2023, pág.242
- Miller, J-A. Seminario de investigación «Introducción al post-analítico» en El peso de los ideales, COL. EOL. Paidós, pág 21
- Íbid