Por Andrea Zanelli
El miércoles 28 de agosto tuvo lugar en la EOL Sección de La Plata la Segunda Noche de carteles bajo el título “La Clínica analítica y sus puntos de fuga”. La misma fue coordinada por Antonela Garbet, quien dio comienzo a la noche lanzando la pregunta sobre el saber que se produce en el cartel entre las citas y la invención. Retoma la distinción para el psicoanálisis que hace Graciela Brodsky en la Conferencia “La clínica lacaniana”, [1] entre por un lado el no saber cómo función operatoria, y por otro, lo imposible de saber.
Los invitados de la mesa fueron Paula Carasatorre, María Luz Oliva y Jorge Santopolo. Sus presentaciones, atravesadas por el deseo del analista y el lazo con la Escuela, son el producto individual de carteles inscriptos bajo la rúbrica clínica.
Paula abrió la mesa tomando una frase de Lacan en la Apertura de la Sección Clínica: “la clínica es lo real como imposible de soportar”.[2] Se interroga de qué manera hacer soportable la clínica hoy. Se sirve de los dispositivos del cartel y el control, orientada por la apuesta por el inconsciente. Propone poner a trabajar aquello que de la práctica resulta insoportable por la vía de una “fraternidad discreta”,[3] para tratar lo singular e incomparable con los demás.
María Luz abre la puerta a un vivo entusiasmo por el dispositivo de cartel. El uso que ha hecho de este le permitió “dar vueltas sobre un vacío” de saber respecto de su práctica en una institución educativa. Proponiéndose allí como partenaire curioso a la invención del parlêtre Subrayando que el psicoanálisis tiene para aportar su gusto por lo singular, permitiéndose abrirse a la contingencia.
Con su trabajo Jorge nos participa de su pregunta: ¿qué nos permitiría hablar de uso lógico del sínthoma? Destaca la idea de uso del síntoma tal como Freud nos lo revela bajo la forma de beneficio secundario, proponiendo a este como “un uso que puede llegar incluso a elevarse al rango de nombre propio o de nominación”. Al síntoma como cuarto que anuda, ordenando lo que de otro modo se presentaría de modo fragmentario.
Trasmite que aquello que orienta la práctica es la apuesta decidida del analista en sus intervenciones, lo que en su caso permitió el paso de un arreglo rudimentario a uno refinado.
Compartió como estado de trabajo una cita de Lacan: “La buena manera es la que, habiendo reconocido la naturaleza del sinthome, no se priva de usarlo lógicamente, es decir, de usarlo hasta alcanzar su real, al cabo del cual él apaga su sed”. [4]
Las tres propuestas orientaron con sus estilos a un auditorio provocado a la conversación. Allí no pasó inadvertida la época actual, interrogarse sobre el tiempo de trabajo en los dispositivos de la Escuela, sus usos y la invención posible. Quedando como saldo la alegría de una noche singular.
NOTAS
- Brodsky, G. “La clínica analítica”, en libro del Segundo Coloquio-Seminario de la Orientación Lacaniana en la ciudad de La Plata, La Plata, 2013
- Lacan, J., (1977), “ Apertura de la sección clínica”, Ornicar Número 3, Barcelona, Petrel, 1981.
- Lacan, J., “La agresividad en psicoanálisis”, Escritos 1, Siglo XXI, 2003.
- Lacan, J., El Seminario. Libro 23 “El sinthome”, Buenos Aires, Paidós, pág. 15.