Lacan plantea que el cartel es una de las puertas de entrada a la Escuela, pequeño grupo que se reúne en torno a un tema en común y en el que cada uno de sus miembros elije un rasgo de trabajo. Indica que el número reducido de miembros es un límite necesario para su funcionamiento. Cada miembro tiene ahí su nombre impidiendo el anonimato que rige en otras comunidades. En 1967, invitado a hablar a residentes de psiquiatría en el Sainte Anne, en un ciclo de conferencias, cuestiona el efecto que puede tener para la formación, el dejar que las mismas «desfilen» una después de otra. Criticando una posición pasiva respecto al saber, incita a que cada uno en ese recorrido pueda hallar «un hilito» con el que se encuentre concernido. Señala que eso, es más valioso que cualquier cosa.
¿Qué es un rasgo? Existen múltiples acepciones para este término en la RAE. Se define como un trazo en la escritura, como expresión, como acción, como una facción, como una nota distintiva. Considero que el rasgo en el cartel comporta algo de todo esto. Implica la escritura de algo, que se recorta para cada uno y lo distingue de los otros, motorizando un trabajo. Se puede pensar como el hilito que se elije y del que se tira o separa de una trama más amplia, para la formación. El rasgo es un nombre, que funciona como brújula de lectura y escritura.
Un cartel finalizado y otro en curso, dos rasgos, su escritura articulada a interrogantes surgidos de mi práctica y del análisis.
Fue al terminar la residencia, que se abrió para mí la experiencia del cartel como un modo diferente de enlazarme al saber del psicoanálisis. También implicó una forma nueva de inscripción y lazo. En esa oportunidad, el rasgo surgió del trabajo en el cartel. En el encuentro con el más uno pudimos delinear un tema: Exploraciones sobre el goce femenino. Modalidades del goce femenino fue «el hilito» que me permitió aprender entre otras cosas algo sobre la locura fálica, el abismarse y la función de los celos para una mujer.
En el cartel en el que participo actualmente podría decir que el rasgo precedió al cartel. Mi interés por trabajar en torno al mismo surgió luego de un control en el que se planteo que perturbar la defensa era la vía para la intervención. Pienso que el rasgo como marca singular en el trabajo ha permitido que me pierda y circule por distintos textos, para luego impulsarme a decir algo en nombre propio, acotado y vinculado con la clínica.
Para finalizar retomando la pregunta de la convocatoria ¿cómo llegué a escribir mi rasgo de trabajo? puedo decir que el rasgo se recorta, se escribe y entusiasma, cuando se articula a lo que nos afecta de manera singular. Mi interés por la locura me llevó a la residencia en Romero y fue la puerta de entrada al momento de incluirme en un cartel. Ha habido un hilo conductor en este pasaje a la vez que se instaló una diferencia. De la locura y su relación con las psicosis, a la relación de la locura con el goce femenino, hice un recorrido que me permite ahora empezar a ocuparme de otro rasgo.
María Adela Pérez Duhalde
BIBLIOGRAFÍA
- Diccionario online de la Real Academia Española: http://www.rae.es/
- Lacan, J.: «Breve discurso a los psiquiatras», en el Círculo Psiquiátrico H. Ey, Sainte Anne, 10/11/1967, inédito: http://elpsicoanalistalector.blogspot.com.ar/2009/12/jacques-lacan-breve-discurso-los.html
- Lacan, J.: «Sesión de Clausura de las Jornadas de Carteles de la EFP», 13/4/1975, inédito: http://elpsicoanalistalector.blogspot.com.ar/2010/03/jacques-lacan-y-otros-jornada-de-los.html