Noche de biblioteca
Reseña Actividad 26 de Mayo de 2015, EOL Sección La Plata
Carlos Jurado, responsable de la Secretaría de Biblioteca, presenta «Lecturas en la Biblioteca», una nueva actividad que se propone incluir diversas disciplinas de las que se nutrió el psicoanálisis, sosteniéndolas en tensión. En este caso, la escritura. Cazotte con Lacan o Lacan con Cazotte, podría intitularse esta experiencia inaugural, para la cual contamos con Carlos Ríos, escritor; Marcela Milone, pianista; y Ariel Hernández, psicoanalista, asociado a la Sección EOL La Plata y colaborador en la Secretaría.
Carlos Ríos asiste al encuentro en calidad de escritor y, desde allí y a los fines de esta actividad, lee la novela El diablo enamorado para comentárnosla. Encuentra en ella varios puntos de interés. A nivel argumentativo, resalta que se trata del pacto de un joven con el diablo. Define a esta novela como de un cierto gustillo español, con tópicos claves de novela sentimental (de Extremadura a Venecia). El protagonista vive una historia de amor pero, en el fondo, está con el diablo. El diablo en el cuerpo de una mujer hermosa. El diablo necesita adquirir un cuerpo, pide corporizarse; cuando lo logra y termina siendo mujer (Biondetta), el protagonista se enamora de ella. Se enreda en un amorío, mantiene relaciones carnales con el diablo. Si bien, esto último, aparece de forma elíptica.
Carlos Ríos señala que esta novela cuenta con dos finales. En una primera edición, con un final brusco, cerrado y moralizante. Sin embargo, hay una segunda edición cuyo final es más abierto y más moderno, ya no tan ligado al Siglo XVIII sino al siguiente. Los temas de época están presentes: la belleza y el conocimiento.
A nivel de la trama, hay una ruptura del pacto, después de todo es una transacción de carácter temporario. Álvaro, el protagonista, es llevado a formar parte por sus deudas económicas. Cuando aparece otra mujer, Olimpia, pierde el dinero que le había hecho ganar Biondetta. Entonces, se renueva el pacto.
El diablo enamorado es una de las novelas elegidas por Borges para formar parte de su Biblioteca Universal, nos refiere nuestro invitado. Tal vez el motivo por el cual Cazotte no haya trascendido como escritor, no haya terminado siendo un clásico, sea su enemistad con la Revolución francesa, durante la cual fue decapitado.
Ríos nos indica que esta novela plagada de intrigas encuentra su final en el terreno de la erudición. Otro dato de interés que remarca es que el diablo le pregunta al protagonista: «¿Qué quieres?», pero Álvaro es un pobre diablo que no sabe lo que quiere; y de allí, todas las peripecias que constituyen la novela.
Por último, señala que si su comentario ha sido errático es por el estilo mismo de la novela, pero le interesa hacer notar que el desafío de Cazotte es hacerle olvidar a Alvaro que esa mujer es el diablo. Lo olvida al punto de arrastrarla a la casa familiar.
Ariel Hernández nos trae las referencias de Lacan a Cazotte, hasta que deja de referirse al autor y va directo a la cita, al «¿Che vuoi?«. Nos recuerda que la cita está siempre en italiano. En castellano solemos traducirla cómo «¿Qué me quiere?«, incluso «¿qué quieres?». Pero a él le interesa subrayar el tono superyoico en que es hecha la pregunta. Sitúa el «¿qué pretende Ud. de mí?«, de la Sarli, como nuestro ejemplo más autóctono. Finalmente, lo que está en juego es la inquietante presencia del Otro.
En el Seminario 4, Lacan habla de una primera referencia a la novela de Cazotte hecha tres años atrás. Aquí lo vincula al falo, a lo fantasmático, a la forma sobrecogedora que toma la figura del superyo. El peligro, la amenaza, la catástrofe llegan, en la novela y por una suerte de precipitación, a la casa materna. Se trata, a la altura de este Seminario, de la dinámica de lo imaginario. Lacan viene de plantear la función del velo. Ariel va a señalar el tratamiento dado por Lacan al tema del falo (primero imaginario, luego simbólico) y del velo, en los seminarios 4, 5 y 6. Y luego de situar, en la misma línea del «¿Che vuoi?», la pregunta «¿Qué es un padre?«, trabajada por Lacan en Subversión del sujeto, va a iluminar cierto paralelismo entre la función que tiene el «¿Che vuoi?» en la novela y la que ubicamos en un análisis, en el cual «¿qué quieres?» le permite al sujeto subjetivar algo de lo que le viene del Otro. El «¿Che vuoi?» es, en ambos casos, una bisagra.
Carlos Ríos va a aportar que cuando aparece el amor, los protagonistas no saben qué hacer, no saben qué hacer con el amor ni con los cuerpos encendidos.
Ariel retoma diciendo que a la altura del Seminario 10, Lacan va a referirse al «¿Che vuoi?» ya desligado de Cazotte. Y aquí ya no se trata del travestismo ni de lo imaginario sino de la relación del sujeto al deseo del Otro, a la angustia. Hace notar que la pregunta no es «cómo me quiere» ni «cuánto me quiere», sino «qué me quiere». Es del orden de la perplejidad, lo que no reenvía ni al deseo ni al Otro sino al cuerpo.
Ariel Hernández nos transmite que el «¿Che vuoi?» se sitúa en el orden de un encuentro, siempre contingente. Por último dirá que a él le ha interesado el diablo enamorado, no el enamoramiento de Álvaro sino el del diablo, convertido en mujer, su feminización.
Carlos Jurado abre la mesa a la conversación de las resonancias de las presentaciones. Por su parte interroga a Carlos Ríos en relación a esta novela como «bisagra», y el escritor se va a referir al desarrollo novelístico del Siglo XVIII, y sobre por qué el diablo encarnaría en una mujer. Carlos Ríos repasa una larga tradición, que va desde la Edad Media a la actualidad, de demonización de la mujer. También refiere que hay, en la novela, una discusión de época sobre la seducción y el conocimiento, entre el hombre y la mujer. Ariel Hernández le pregunta al invitado por qué cree él que todo el asunto concluye en la casa materna. Carlos Ríos habla de esta madre cuya gravitación sobre el hijo es muy fuerte. El desenlace se da en la casa de la madre, allí se desactiva al diablo.
Desde el público se observa que la novela va de la mujer a la madre; o sea, de mal en peor; y que lo que subyace no es del orden del conocimiento sino de un saber oscuro. Se señala, también, que queda claro lo que es «leer como escritor», misión cumplida por nuestro escritor invitado. Como cierre y a pedido del público, Marcela Milone repite la pieza musical que ya ha ejecutado, en el momento preciso, cuya partitura fue extraída de la novela.
María del Pedro